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Yo soy de la idea de los matices, de que es gil irse a los extremos. Sobre todo con el cuerpo. Está bien cuidarse para mantenerse flacas, pero na que ver rayar la papa y caer en problemas de salud por desnutrición o caer en la anorexia y la bulimia. Lo mismo con la gordura, está bien estar relajadas y no torturarse con un rollito, pero tampoco hay que irse en la volá y vivir a punta de completos.
Y los músculos. Qué cosa tan buena pueden ser unos músculos bien trabajados. Como el torso de Iñigo Urrutia, que me hace pensar y sentir cosas cuáticas. Yo creo que ése es el límite, un tipo fibroso y durito (qué calentón que suena) sin rozar el físicoculturismo, que lo encuentro de-ma-sia-do. Es ya antiestético. ¿No creen?
Para convencerlas de que es horrible, armé esta galería con los cuerpos más exuberantes de músculos que encontré. Qué opinan, ¿hot o no hot?