Algunos hablan fuerte, otros cantan mal, no faltan los que caminan chueco o los que se tropiezan con todo su pasar... Yo, no tengo reflejos. Definitivamente llegué tarde a la repartición, y claro, saqué la peor parte.
Es como si caminara con los codos y mis manos fueran mis uñas. SIEMPRE pero siempre boto algo, tengo una incapacidad impresionante de ausentismo con los actos. Toda la vida me lo han reclamado, sobre todo mi hermano, quien con anticipación me dice "cuidado" y yo todavía no boto ni rompo nada.
Tengo suerte de que mi círculo se lo ha tomado con gracia, las bromas ante mi descuido son reiteradas y bueno en realidad no me molestan, al final soy yo la que se echa la mitad de sus cosas; asi que obligada a reír con ellos.
Lo más curioso de todo es que mientras más cauta he tratado de ser... es cuando me he mandado las peores pasteleás.