Saber que estás haciendo las cosas bien te fortalece, y eso no depende necesariamente de que la gente te lo diga porque sola te das cuenta. Sin embargo, ante esto nunca faltan las críticas y el ambiente ambiguo en el que no cachay si lo que te dicen es en buena o si viene cubierto de una túnica oscura, media en mala o media irónica.
Soy de las que piensa que las críticas se toman de las personas que te importan y que sabes que quieren lo mejor para ti porque te conocen, aunque (también creo a veces) que en contadas ocasiones, comentarios de terceros te pueden ayudar. Quizá con palabras no tan positivas para ti pero cuando las analizas te das cuenta de que esa personita no andaba tan perdida.
Lo que pasa es que solemos enojarnos cuando nos critican y eso es normal pero sí un poco “anti tolerante”. A nadie le gusta que extraños se metan en tu vida pero hay que saber escuchar. Total, al final siempre vamos a tomar lo que consideremos necesario para mejorar.
Hoy invito a ponerse en las dos orillas, las perspectivas de otros te abren la mente. Darte unos minutos para pensar en eso: es gratis y ayuda.