Cuando pienso en despedidas y finales, me acuerdo de la canción que estuvo de moda cuando murió Camiroaga: Ángel para un final. Digamos que para el caso de Fucsia, un título que aplicaría mejor es "Ángel para una pausa".
No publicamos hace semanas y ustedes lo notaron. Nos llenaron de mensajes y comentarios exigiendo que publiquemos más notas. Eso es bacán, significa que nuestra pega era buena: se identificaban con las historias, se reían de las mismas tonteras que nos reíamos nosotras acá, en el laboratorio secreto de Fucsia. Por ese cariño, decidimos subir este post. Se los diré con honestidad: no vamos a escribir por un tiempo, no sabemos si largo o breve, pero sí sabemos que por ahora, Fucsia no tendrá nuevas entradas. No viene al caso contarles todo el embrollo que hay detrás, para qué, pero sepan que no pasa por ustedes. Es más, ustedes eran la vida del blog.
Esta especie de despedida llega un poco tarde, pero como una se debe a su público, es necesario contarles qué onda con el sitio. Si tienen descargos, denle nomás, éste es el momento para decirnos todo.
Gracias por leernos, por conversarnos y por estar atentas a este proyecto de revista. Igual que ustedes, también le tomamos cariño a Fucsia.
Éste no es el final.
PD: en los comentarios nos pueden dedicar más canciones de despedida/pausa. A mí me gusta ésta.