Nunca me han pateado por Facebook, aunque debo reconocer algunos cortes abruptos de andanzas a través de su chat. Pero, que te pongan en el muro que la relación murió es otra cosa. A mi juicio imperdonable (en el plano público que brinda esta red social).
Creo que más allá del mal rato, la actitud más digna que adoptaría sería “hacerme la cool”, reconociendo ante mis contactos el fin de la relación, con onda e insinuando que yo misma le pedí al ahora “ex innombrable” que lo comentara abiertamente por la “lata” que a mí me genera tener que dar tanta explicación. O sea, dejando bien claro que no tengo tiempo para “trivialidades”.
Mínimo que el mino –ex futuro padre de mis hijos- quede como un “torpe” (para decirlo bonito) y yo como alguien que no se conforma con tipos cobardes, incapaces de decir en la cara que el pololeo se acabó.
Sin embargo, más allá de las apariencias duele cambiar el estado sentimental de “tener una relación con” a “soltera”. Una vez me pasó que un pololo que tuve 9 años (sí, 9 años). Me pateó en la mañana y en la tarde ya estaba yo “soltera” y des-etiquetada de todas las fotos que teníamos en común. No esperó ni siquiera un día de duelo. Lo hizo al tiro y sin piedad. Y yo, profundamente afectada esa noche leí lo que no quería: al menos veinte mensajes de contactos que me daban el pésame, que me recalcaban lo bella persona que soy y que pronto llegaría el verdadero amor. ¡Patético!
Andrés Longton lo vivió hace poco (¿se acuerdan?) en medio de un reality. Wilma González, la conejita, dijo que lo extrañaba, así que no se le ocurrió nada mejor (o peor, desde mi perspectiva) que dejarle una carta en Facebook, diciendo la típica: “la decisión que he tomado es la de no seguir con Andrés. Es un chico estupendo y muy buena persona, solo que quizás no es lo que yo busco en un hombre”. Pobre cabro. Y más encima cerró con una posdata del terror que me da mucha risa y que comparto con ustedes a modo de defensa del chiquillo: “P.D. : Perdón por los acentos, pero me encuentro en un ciber de Buenos Aires y no tengo ni idea de cómo se ponen en esta compu tan vieja...”.
Hoy ambos tomaron nuevos rumbos amorosos, pero sentaron un precedente a la hora de terminar.
¿Te ha pasado? ¿Qué harías si tu pololo se despide a través de las redes sociales?