Lo reconozco. Cuando veo a las adolescentes gritar, desmayarse y llorar con franca desesperación por ídolos juveniles como Justin Bieber, The Jonas Brothers, Miley Cyrus y el latino Matt Hunter me vienen a la cabeza y al corazón dos sensaciones opuestas: algo de rechazo por tanta conmoción y una cierta nostalgia. Retrocedo al menos 15 años, cuando una amiga me regaló para mi cumpleaños un cassette con un compilado de las mejores canciones de Take That (cuando Robbie Williams ni pensaba separarse del grupo). También me acuerdo perfecto de la jornada del Festival de Viña protagonizada por los Backstreet Boys y me estremezco. Busco en mi cajita de recuerdos un cassette de Vhs con esa grabación, sus CD’s y hasta un álbum con láminas de “los chicos del patio trasero” que lamentablemente nunca alcancé a completar.
Ah, también sentía admiración por las Spice Girls, Christina Aguilera y la nunca bien ponderada, pero inigualable “princesa del pop” Britney Spears, a quién le copié mi primer maquillaje discotequero con unos parpados celestes muy brillantes, un kilo de rimmel y un delineado de colección que se puede ver claramente en el video de "Stronger".
Pero el tiempo no da tregua y la mayoría de mis favoritos bordean o superaron los 30. Algunos ya no están tan vigentes y otros se han reinventado para seguir con sus carreras. Eso sí, mostrando mayor madurez y calidad musical. Ese es el caso de mi amor platónico e imaginario de chica: Nick Carter. El año pasado vino a dar un concierto en solitario, en el Caupolicán, y sentí un terremoto interno. Mis hormonas se desordenaron y canté con más fuerza que nunca al tenerlo tan cerca y al verlo en tan buen estado de conservación ;)
Al mirar hacia los lados noté que todas las chicas (algunas acompañadas de pololos con cara de trágame tierra o lateados) tenían más o menos mi edad. Me sentí, entonces, parte de una generación que en su momento también fue incomprendida. ¡Fui feliz!
Y tú ¿qué ídolos musicales tenías?