Tengo un matrimonio en dos semanas más y buscar un vestido para la ceremonia se ha vuelto una completa tortura, ya que después de los kilitos extras que he ganado con el noviazgo, pase de ser una hermosa sirena a una orca devora chocolates. Sé que la única forma de bajar de peso es cerrar la boca, pero realmente me gusta comer rico, ¿qué mejor que unos palitos de ajo o sushi acompañado de espumante?, es por esto que me llamó enormemente la atención una nota que leí hace unos días que contaba que existe una pizza que no engorda. ¿Sería esta la solución a nuestros problemas? Cuando comencé a leer el artículo me llevé la primera decepción, ya que la maravillosa creación no la venden en Chile, sino que en Escocia; después de seguir leyendo me di cuenta que sí tenía menos calorías que una ensalada… pero más que una César de 600, por lo que no era algo tan milagroso, ya que hasta una hamburguesa con queso tiene menos. El especialista que creó esta pizza explicaba que la idea es hacer un equilibrio nutricional con todos los elementos que necesita el cuerpo, pero en porciones pequeñas (¡media novedad!) y su creación lo lograba, ya que por ejemplo utilizaba pimentón rojo que contiene vitamina C y algas marinas las que permiten no agregar demasiada sal para resaltar el sabor. El producto viene en tres formatos: pollo picante, tomate-queso y jamón-piña.
Después de leer esta noticia me puse a investigar en Internet para ver si mi problema tenía alguna solución y así fue como llegué a una página que explicaba la teoría Negative Calorie Food (Alimentos de Calorías Negativas), en pocas palabras el artículo señalaba que al momento de digerir los alimentos, el cuerpo genera una reacción química la produce una quema de calorías, por lo que consumiendo comidas que utilizan más energía para ser digeridas, se logra finalmente un mayor gasto calórico y así lograr el anhelado sueño de bajar de peso, pero el problema es que los tipos de comidas no son muy apetitosos, así que mi ser antojadizo no quedó muy satisfecho con la solución.
Después de pensar mucho en la información que había recopilado, me di cuenta que lo mejor que puedo hacer es dejar un día a la semana para chanchear con mi pololo y los otros días hacer comidas ricas, pero con menos calorías, por ejemplo unos tallarines, pero integrales con crema light y champiñones, además de moderar las porciones. Una vez leí que el término “todo entra por la vista” es verdad, por lo que servir la comida en platos más pequeños de lo normal permite que uno se llene más rápido, ya que la porción puede ser la misma de siempre, pero el plato se va a ver más lleno, por lo que se supone que vas a quedar más satisfecha.
Por último, cuando mi cuerpo me pida algo dulce, cambiar la barra de chocolate por una fruta y si la necesidad es muy fuerte, comer esas nuevas galletas de arroz bañadas en chocolate que sólo tienen 84 calorías. Espero que estos cambios me permitan entrar en los hermosos vestidos que vi para el matrimonio. Si conocen algún otro método, me cuentan. (Foto vía LUN)