Tengo la pequeña obsesión de querer hacer listas musicales para todo. En mi computador existe una colección interminable de carpetas con música dedicada al invierno, a la primavera, al otoño, a la lluvia, al verano, a los asados, a caminar, a caminar bajo la lluvia, a caminar con sol, a viajar, a la playa, a la playa en invierno, a la playa en verano, a los corazones rotos, música “instagram”, canciones que me hacen feliz, canciones que gusta escuchar antes de dormir, canciones que me gustaría que sonaran en mi funeral, en mi matrimonio, que me gustaría dedicar. En fin. Y eso, por nombrar solo algunas.
Por su puesto, de todas existe más de un volumen, así que comprenderán que tengo cubiertas casi todas mis épocas y bandas favoritas. Suena ridículo y claramente no soy tan seca como mi pololo Rob Gordon, pero es mi manía y me gusta. Incluso una vez pensé en crear un fanpage y hacer, gratis, compilados a pedido. Solo por gusto. Me imaginaba a una persona pidiéndome canciones para situaciones extrañas y me encantó la idea. Habría sido como darle un pequeño sentido a las horas que paso recolectando música. Pero al final, nunca lo hice.
Siempre lo pienso, lo digo y no me canso de repetirlo. Un compilado es una especie de manifiesto emocional al que podrás recurrir cada vez que desempolves tu caja de discos (o de archivos mp3) y quieras musicalizar tus recuerdos. He ahí lo bonito.
¿Cuál es tu obsesión favorita?