Porque no sólo sirve para ejercitarse, sino que además te puede llevar a donde tú quieras. Ese es mi pensamiento recurrente sobre mi bicicleta que, para mí, es la más bonita de todas.
Por irrisorio que suene, se puede llegar a generar un vínculo muy estrecho con ese marco de dos ruedas. ¡Cómo no! Si te ejercita, te da libertad, independencia, te ayuda a no contaminar y te hace ahorrar. Sea con el objetivo que sea, creo que siempre es un beneficio andar en bicicleta. ¿Se acuerdan de su primera “bici”? Yo sí, y también del día en que como dice la canción de 31 minutos, le saqué las rueditas a mi bicicleta.
Desde hace un par de años que comenzó el boom de las bicis, sobretodo de las urbanas o pisteras. Hoy ya es cotidiano observar en Santiago las ciclovías, no siempre en el mejor estado, llenas a las horas pick de la mañana y tarde.
Y es que realmente se ha convertido en el mejor medio de transporte al que se puede optar en ciudades tan contaminadas y llenas de tacos como Santiago –y debería usarse con mayor razón en ciudades con clima y geografía ideales para hacerlo-.
De hecho, los ciclistas también se han organizado para exigir mejoras en las ciclovías, más respeto de parte de los automovilistas y mayor consideración. Y esto no sólo en Chile, sino en diversas partes del mundo.
En nuestro país la organización que los agrupa se llama Furiosos ciclistas y han pedaleado en caravana como forma de protesta en muchas ocasiones desde Plaza Italia.
Pero ante este “boom”, han sido muchos también quienes se han visto afectados por lo vulnerados que resultan ser los ciclistas en las calles de la ciudad. El año 2012, y tras al asesinato de Arturo Aguilera, joven diseñador gráfico arrollado por un conductor ebrio mientras conducía su bicicleta, se funda Ciclistas con alas, grupo que crea su hermana para luchar contra la impunidad de los responsables de los accidentes de tránsito en que se ven perjudicados ciclistas y que reúne los antecedentes necesarios para este efecto.
El mayor uso de las “bicis” no sólo ha dado pie a que se generen movimientos y organizaciones, sino también ha generado empleo. Felipe Álvarez, periodista, apostó por dedicarse a restaurar y vender bicis cuando aún no era un negocio redondo. “No me gustaban las ofertas de trabajo en relación a lo que estudié, con condiciones laborales defectuosas y mal pagadas. Frente a eso, encontré una opción en un oficio que me gusta, que me hace feliz, y que me da para vivir de forma más tranquila sin tener que someterme a algo que no me gusta”. Para contactarse con Felipe, armarse una bici a su pinta y disfrutar de los beneficios de pedalear, sólo deben escribir a Calaka Bikes. Los trabajos se realizan a pedido, con el beneficio de que puedes elegir el diseño, color y características de la bici que quieres. “Comencé restaurando bicicletas antiguas y el proyecto comenzó a crecer. La demanda subió tanto en un momento, que ahora prácticamente sólo armo bicis nuevas, a gusto y pedido de cada cliente”
Sólo basta motivarse y experimentar una vida donde la bicicleta sea parte fundamental, y de esta forma, también la libertad y la salud.