Recuerdo muy bien ese día de cuarto medio cuando me di cuenta que muchas de mis amigas se irían a otras ciudades a estudiar. Y ahora pienso cómo será cuando mis amigas de universidad tomen otro rumbo laboral y pase lo mismo.
Pero aunque estén lejísimo, kilómetros nos distancien y no nos veamos por semanas, hemos encontrado la forma de mantener el contacto e incluso ir de shopping juntas.
Les cuento, nuestro plan de contingencia es simple y no falla.
1. Grupito sagrado en Whatsapp Tenemos un grupo en whatsapp en el cual nos contamos TODO. Es muy incómodo cuando te conectas a Facebook y ves que tu amiga terminó con su pololo, está chata de la U o algo funcionó mal en su pega y para no encontrarnos con esas desagradables sorpresas, preguntamos siempre cómo están por whatsapp o, mejor aún, nos contamos sin preguntar.
Además, sirve para pedir consejos. Cuando salimos a comprar solas, por ejemplo, mandamos fotos de lo que nos tinca y opinan, es algo así como salir juntas. También sirve para contar cosas más intimas, reírnos de algún chascarro o comparar historias.
2. Fechas intocables del calendario Los cumpleaños y los feriados son intocables. Sabemos y nadie nos tiene que decir que debemos viajar a nuestra ciudad de origen para carretear juntas, conversar, reír y sufrir de caña moral. Cada una debe saber cómo se organiza para que alcance el tiempo entre pareja, familia y amigas, pero debe pasar.
AH! Y claro está que si sucede algo también debemos viajar, si alguna necesita una junta urgente para hablar, mínimo una de nosotras debe aparecer.
3. La cadena Si no tienes tiempo para contarles a todas tu problema, basta con que una lo sepa y que se lo cuente a las demás. Al final, somos todas amigas y nuestros problemas son de todas. Entonces, si una de nosotras llama y se entera de algo, la persona afectada debe decir: “Cuéntale a las demás” y todas sabremos y nos preocuparemos de inmediato, aunque sea dejaremos un inbox con un consejo, una opinión o un te quiero.
Yo vivo con dos amigas más y cuando una está triste nos juntamos en el living, la llamamos, ponemos altavoz y la pena pasa a risa.
Suenan cosas muy sencillas, pero marcan la diferencia. Ese sábado sagrado de todos los meses, la conversación necesaria por celu o whatsapp, pueden mantenernos tan cerca y actualizadas en lo que pasa, que los kilómetros ni se notarán.
Y ustedes con sus amigas, ¿cómo se mantienen cerca?