No hay una receta para el amor, porque sinceramente puede llegar en cualquier momento. Todo comenzó en marzo cuando viajé por primera vez a Mendoza para reportear sobre la conocida "fiesta de la vendimia". Mi agenda repleta de entrevistas y lugares por visitar, hacía casi imposible entablar una amistad y ni siquiera conocer a alguien en dicha aventura, pero por arte de magia sucedió lo inexplicable: un flechazo huranacado de pasión entre ambos. Después de una hora de vuelo, mi llegada al hotel fue discreta sin mayores sobresaltos. Sin embargo, noté que detrás de mí un par de ojos grises me observaron: era un bombón de un metro noventa de altura que me saludó enrojecido, casi con vergüenza. Ambos estuvimos unos minutos mirándonos fijamente, como queriendo descubrirnos.
Después de un rato continué con mi "reporteo" por la ciudad y tras quedar cansada de tanto andar después de tres arduos días, el tipo se acercó y me regaló una cajita con chocolates para tenerlo en mi recuerdo.
Volví a Santiago, pasaron sólo un par de días y ya éramos más que amigos en Facebook. Ahora llevamos algunos meses de relación a distancia , aunque no ha sido fácil, porque hay muchos temas por resolver: la lejanía, confianza y sobre todo sinceridad. Pensamos en visitarnos con frecuencia y tenemos planes de vivir en Chile o Argentina, pero juntos. Sin duda, aunque el amor choque de pronto con tu vida hay que saber manejarlo, arriesgarse y muchas veces tomar decisiones. ¿Qué piensan ustedes? ¿Creen en el amor a distacia?