“Lo entretenido de la primera cita es que se puede repetir varias veces (claro, cambiando al personaje)”. Eso me lo comentó una amiga hace algunos años y entonces la miré con cara de horror.
El paso del tiempo y las toneladas de ingenuidad que he ido perdiendo al enfrentar la realidad romántica tan rica en efectos especiales, hoy me hacen darle plena razón. Igual la idea de tener muchas primeras citas no es mi estilo –algo anticuado- pero sin duda hay que “conocer” hasta “encontrar”. No hay otro modo.
Hay preguntas que son básicas en un primer encuentro. Típico que contamos nuestras historias de niñez y los proyectos que a futuro nos motivan. La dificultad radica en que nos asusta un poco evidenciarle al chiquillo que nuestro presente es algo caótico.
¿Qué va a pensar? ¡que estoy loca o que ando con el vestido de novia en la cartera! O sea, mejor omitir que soltar de una toda la verdad de lo deseamos, como: una relación estable, convivir, tener guagua porque el reloj biológico apura ene… y una larga lista de etcéteras que bien en el fondo todas o casi todas conocemos a la perfección, como si estuviera en el ADN, así de potente.
Ojo que otro punto a considerar es la ropa. Verse atrevida, voluptuosa, hippie o casual –jamás despreocupada- genera un poco de angustia. Una cosa es tirar la carne a la parrilla, pero otra olvidar la delicadeza. Mejor es equilibrar prendas que nos hagan sentir realmente cómodas y bonitas, antes de ponernos a experimentar estilos que pueden desembocar un desastre.
El tema de las citas traspasa fronteras y edades. Así, por ejemplo, lo han demostrado un par de coach canadienses con “It's Okay to sleep with him on the first date” (Está bien dormir con él en la primera cita). Harto audaces con su propuesta, a mi juicio, las autoras te enseñan a coquetear y a crear verdaderas “estrategias” para actuar de la mejor manera posible ante comentarios, besos y juegos de pareja.
Según ellas está out dejar que el hombre siempre sea el que te persiga, tener cuidado de no parecer demasiado intimidante contando tus éxitos; ser exigente y, también, jurar que los minos aman a las cabronas.
En fin, he leído últimamente que hay varios mitos derribados como:
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Creer que si lo tratas con la punta del zapato se va a sentir más atraído-
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Evitar buscarlo y llamarlo para hacerte la interesante.
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Sentir que está mal salir con un compañero de trabajo.
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Descartar de plano a los que viven en otras ciudades por miedo a que la distancia dañe una eventual relación.
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Desesperarte porque no te llama a cada rato (ey! el tipo puede estar ocupado, trabajando o viendo tele).
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Estar convencida de que siempre él es quien debe pagar la cuenta.
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Creer que te va a perder el respeto –como dicen los papás- por ir más allá la primera cita (aunque es muy probable que si no tiene interés en ti, se aleje). Acá unos consejos extra: Y tú ¿qué planchas has pasado en primeras citas? ¿crees que hay reglas a seguir para que sean perfectas?