Es casi un patrón de comportamiento. La mayoría de las niñitas que buscan desmarcarse de su antigua imagen, sacarse el papel de virgen inocentona o simplemente demostrar que han crecido y que no son las mimas, repiten la fórmula. Se empelotan un poquito más, se cambian el look y creen que la hicieron.
Antes ya lo hizo Britney, Cristina y varias más. Lo que me parece que es solo una consecuencia natural de crecer y querer que las tomen más enserio, que las vean más mujeres y menos niñas. Pero Miley Cyrus se fue al extremo ¿o no?
Desde hace un tiempo que viene “tratando” de ser sexy (y digo tratando, porque a todas luces, parece súper forzado). Se cortó el pelo, se tiñó rubia, saca la lengua cada vez que puede, canta con cara de enojada y hace "patos yañez". Súuuuper rebelde. Te pasaste.
Pero claro, Miley también sabía que eso no era suficiente. Así que ahora y a partir de su último video (que fue censurado por MTV), decidió que lo que le faltaba era ser más hot/horny, retorcerse un poquito más y mover el poto, obvio. Ahí sí poh. Eso era lo que faltaba para completar la receta. Ahora no queda duda. La Miley es súper loca y revolucionaria. La cagó. Por supuesto, el siguiente paso era mostrárselo al mundo. Pero cómo. Ahí fue cuando la invitaron a los MTV Video Music Awards. Qué mejor. Sobre todo si su pega era acompañar a Robin Thicke con Blurred Lines, una de las canciones más calentonas del verano americano. Show redondo. Punto extra para Miley.
Si no vieron los VMA’s, acá les dejo el videíto, que incluye las caras estupefactas de Rihanna y la familia Smith. Véanlo y nos cuentan qué opinan.