Hace mucho que un amigo me venía recomendado este lugar. Cada vez que le decía que estaba antojada de comerme un cupcake me decía “¡Josefina!” y tenía mucha razón.
Justo cuando casi se había olvidado su existencia me apareció un post en Facebook. Fue así que decidí que era el momento de probar estas maravillas de las que tanto me habían hablado, así que tome mi bicicleta y partí.
Es una pastelería chiquitita, pero linda y cuidadamente decorada en tonos pastel. Con una vitrina que deja ver las delicias que ofrecen estas chiquillas, que además de ser lindas y delicadas, son exquisitas.
Compré cupcakes de chocolate y una mini tartaleta de toffe con chocolate y almendras. De verdad que la reación ante ambas compras fue ¡OMG!. Un pedacito de cielo en la boca. El quequito de los cupcakes era perfecto, el glaseado con la consistencia justa y para qué hablar de la mini tartaleta, un manjar de dioses.
Otras que me tincaron demasiado y que seguro compraré, fueron unas mini tortas, que bordeaban los $5.000, de milhojas y de chocolate. Con el tamaño perfecto para cuando quieres celebrar con poquita gente o, simplemente, darte un gustito a un buen precio.
La pastelería queda en Diego de Almagro 2047 (Providencia) y en su página de Facebook siempre publican los horarios de atención del día y en su Instagram siempre hay algo con lo que tentarse. ¡Anímense, no se van a arrepentir!
Además, si quieren encargar tortas, postres o lo que sea en formato especial pueden escribirles a [email protected] o llamarlas al 22047443.
Esto es una pequeña muestra de lo que compré ese día. ¡Prometo que volveré!