Ay chiquillas, se nos vino la primavera y con ella las temperaturas empiezan a subir. Nada que hacer. Hay que empezar a guardar los abrigos, chaquetas y sweaters y la ropa más delgada y ajustada comienza a hacer su estreno en sociedad. La dura verdad es que siempre nos acordamos de esos kilos de más en esta fecha, cuando comenzamos a reprocharnos las calorías que “nos entregó el frío” (y los chocolatitos que ayudaron a no sentir las bajas temperaturas). Pero nunca es tarde para comenzar a cuidarnos, y uno de los mejores y más completos ejercicios -además de barato- es correr. Y para hacerlo entretenido, nada mejor que un buen playlist que nos acompañe en el camino.
Así es, correr es una maravillosa herramienta para cuidarnos, mimarnos y producir endorfinas para andar más contentas por la vida. Si a eso le sumamos una alimentación sana, ¡estamos al otro lado!
Por supuesto, como cualquier deporte, debemos tener en cuenta algunas cosas básicas para no lesionarnos, sobre todo si somos novatas en este tema. Un punto importante es la correcta elección de las zapatillas, cuestión esencial para cuidar nuestras articulaciones, en especial las rodillas que se llevan todo el impacto del ejercicio.
Lo primero es elegir zapatillas de running, que sean para correr y cumplan con ser ajustadas, con suela lisa y muy livianas. Ojo con eso porque en el mercado existen, además, modelos para training, que sirven para ir al gimnasio y hacer ejercicios localizados o aeróbicos, y para outdoor, que son las típicas que se usan para escalar.
Teniendo nuestras running en la mano debemos fijarnos en la forma en que pisamos. En serio, es un punto muy importante para la salud de nuestros pies. Existen tres tipos:
Pisada neutra: Para pies con pisada normal.
Pisada supinadora: Cuando caminamos con las piernas hacia afuera.
Pisada pronadora: Para pies planos o que el peso de la pisada va hacia adentro.
Las zapatillas que tienen modelos para cada pisada te ayudan a que el pie tenga el soporte necesario en la parte afectada, nivelando la pisada para poder realizar ejercicio de manera sana para tu organismo. Y si aún tienes alguna duda, de seguro algún vendedor de la tienda de zapatillas podrá guiarte en esta búsqueda.
Otro punto a tener en cuenta es que las zapatillas no son eternas. Si corres 5 veces por semana, de seguro tendrás que cambiarlas después de 6 u 8 meses de uso. Por lo tanto, hay que elegir bien, porque acá hablamos de una buena inversión para cuidarnos y ayudar a mejorar nuestra calidad de vida.
Así que juntemos ánimo, una buena selección musical que nos acompañe, y comprémonos unas zapatillas cómodas que nos permitan sentir que casi volamos mientras nos cuidamos.
¡A correr! Fotos vía Flickr y Todoentrenamientos.