Estas son las primeras elecciones presidenciales desde que en Chile existe el voto voluntario y, objetivamente, fueron un fracaso.
Está claro que no nos sentimos representados por los candidatos de los “grandes conglomerados” y esta vez tuvimos, como nunca, 9 opciones para elegir. Aunque todos en el fondo tuviéramos más o menos claro lo que iba a pasar.
Yo voto, porque me importa. Porque vivo en este país y no me da lo mismo lo que pase con la salud, la educación y el futuro y, porque creo que es la oportunidad que tenemos para decir lo que pensamos en una instancia válida. Por eso me parece frustrante la poca convocatoria.
Un 50% de abstención pasiva, es decir, de aquellos que simplemente no fueron a votar, para mi es equivalente a alegar por Facebook, o sea, a nada. Está bien que algunos sientan que la abstención también es una forma de manifestarse, pero convengamos en que es una forma súper inútil.
Creo que eso está directamente relacionado con nuestra educación, no solo cívica, con nuestra educación en sí, esa que está presente en nuestras acciones y actitudes, esa que nos permite cuestionar y analizar nuestro entorno. Pero esa es solo mi opinión.
¿Ustedes fueron a votar? Foto vía Radio U. de Chile