Quizás muchas de ustedes ya estén familiarizadas con el balneario de Tongoy, una pequeña caleta de pescadores en la IV región, unos 50 kilómetros al sur de Coquimbo, y que se ha puesto super de moda en los últimos años, como destino ideal para carretes épicos como el 18 de septiembre o cualquiera otra fecha o celebración importante.
Pero además de la fama de “punto social” que se ha ganado en los últimos años, Tongoy era desde ya conocido por ser un increíble lugar de veraneo familiar, en pareja o con amigos, donde se puede disfrutar de un clima y una tranquilidad increíble, ideal para recuperar fuerzas antes de empezar el año, o regalonear con los que más quieres. Para mí, un panorama soñado.
Porque si bien para algunas la extremada tranquilidad de este pueblo de origen pesquero (donde la población no alcanza los 5000 habitantes, y donde todos se saludan por su nombre) puede ser algo agobiante, lo cierto es que si buscas unas vacaciones verdaderamente calmadas, rodeada de lindos paisajes y una adorable vida playera, Tongoy no dejará de sorprenderte. Podrás pasarte las mañanas recorriendo a pie sus lindos roquerios y disfrutar del contacto directo con la brisa del mar; las tardes completas de guatita al sol luego de haberte bañado en alguna de sus dos ricas y tibias playas; y las noches observando románticos atardeceres desde el clásico mirador de La Virgen en el cerro, para visitar alguna de sus clásicas picadas de gastronomía marina, conocidas por su increíble relación-calidad. Para irse a la cama más que feliz.
Y ustedes, ¿qué piensan de esta opción veraniega? ¿Se atreven a darle una oportunidad a este clásico balneario?
Imagen CC vía Flickr