¿Habrá algo más lindo y estremecedor que estar parado en el fin del mundo? ¿Más todavía, si en él se encuentra una ciudad maravillosa, exenta del consumismo que en Santiago encontramos graficado en cada esquina? Al menos a mí, la idea me parece sumamente atractiva.
Lo mejor es que esta posibilidad existe y la tenemos en nuestro propio país: Chile. Me refiero a Punta Arenas. Realmente, es de aquellos lugares que una tiene que conocer antes de que muera. Se trata de la ciudad continental más austral del mundo, la cual - además de los límpidos cielos y colores diáfanos que la inundan - es dueña de incomparable belleza arquitectónica.
Claro, llegar hasta allá es todo un tema: el viaje debe realizarse preferentemente en avión, ya que la separan de Santiago nada menos que ¡3.090 kilómetros! Wow. Como bien saben, hacia el sur el territorio chileno parece un picadillo, por lo que si emprenden la travesía en bus requerirán bastante paciencia y espíritu de sacrificio, ya que demorarán varias horas en llegar a este soñado destino (claro que podrán apreciar en el camino lo maravilloso del paisaje). Es una larga aventura, pero ¡bien vale!
Una vez allá, podrán disfrutar de una ciudad realmente linda, que les servirá de base para conocer otros atractivos tan impresionantes como las Torres del Paine o el Estrecho de Magallanes. En Punta Arenas mismo hay puntos por los cuales no pueden dejar de pasar: el Monumento al Ovejero (que incluye a un exponente de la segunda raza de perros nacional), la plaza Muñoz Gamero (con la espléndida arquitectura de los coloridos edificios que le rodean) y la Zona Franca, un must si quieres vitrinear una gran variedad de productos de todo el mundo que podrás comprar a precios más que convenientes.
¿Buscas un destino mágico este verano? Entonces, no puedes perderte esta joya magallánica. Sin duda, será una travesía que nunca olvidarás.
Y tú ¿ya la conoces? ¿tienes alguna picada imperdible que agregar?