“El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”. Más de alguna y si no, la mayoría, ha tenido un “amigo con ventaja”. Difícil y confusa situación para todas. ¿Cuándo celar? ¿Se debe hacerlo? ¿Cuáles son los límites? ¿Se puede tener una relación de este tipo sin “engancharse” en el proceso?
Tener un amigo con ventaja es un arma de doble filo. Por lo general, es la relación sin nombre, no hay etiquetas ni compromisos, sólo libertad y sexo. Perfecta para una relación post término o alguien muy ocupado, que no tiene tiempo o no quiere comprometerse. Simplemente es para no dejar de ser tú, ni deberle algo a otra persona. Si se ven, buena onda.
Ya sabemos dónde terminan todas las películas que aluden a este tema. Uno sucumbe al amor de su vida y ellos viven felices para siempre o hasta que terminen. La realidad es más cruda y no siempre todo acaba en buenos términos. Es esa fascinación que tenemos de tener un partner, y a la vez, “algo especial” para él. Ser compañeros de locuras y que al verse salgan chispas, para que después - durante la semana - todo siga normal, con sus carretes, sus espacios y, quizás, otro “touch and go”.
Mi experiencia con los amigos con ventaja no es muy buena. Me defino a la antigua (en el buen sentido), porque a pesar de que las pastillas anticonceptivas y los condones nos dan esa libertad sexual que tanto anhelamos, tener sexo - para mí - es mucho más que un proceso biológico. Llámenme cursi sin remedio, pero al menos debe haber una conexión especial o "moverte el piso alguien", para tener relaciones o “entregarle la flor”, como diría mi abuela.
Luego de terminar una tormentosa y larga relación de pareja, decidí no amarrarme más. Claro, volver a la “cacería” es gracioso. Perdiste la práctica y te topas con pastelazos dignos de “Soltera otra vez”. Intenté entonces ser una buena amiga con ventaja, onda: "no te pesco hasta que nos juntemos, no te celo y todo OK". Sin embargo, mi cabeza funcionaba sola, porque no podía evitar pensar que esa boca podría haber estado en otra y bueno, lo demás también.
No sirvo para los tríos, me culpo de eso, pero no soy conservadora. La exclusividad me deja más tranquila, soy muy enrollada para ese tipo de relaciones sin etiqueta. Al final uno siempre sale más herido que otro y la ventaja ¿para quién es en realidad? ¿El que se engancha menos, gana? Bueno, no hay ser humano que no sienta, así que malas noticias: el sexo es la forma más rápida de tomar cariño por el otro.
En lo personal, pienso que pueden ser una pareja partner, sin dejar de ser ustedes mismos y teniendo una relación sentimental “exclusiva”. No es sinónimo de esclavitud, sólo hay que fijar los límites desde el principio y establecer los tiempos de cada uno. Si el otro entiende tus términos y tú los de él, ¡Sigan adelante!
Y ustedes, ¿Qué tipo de experiencia han tenido con sus amigos con ventaja? ¿Es posible llevar una relación de este tipo? Estaré atenta a sus opiniones.
Imagen CC Toni Blay