“Junto a ti fue que engordé más de tres kilos, por tus tantos dulces besos repartidos”, cantaba Shakira. ¡Y tenía razón! ¿Eres feliz con tu pololo o esposo, pero te complica esa grasita extra que no puedes disminuir? De acuerdo con Andrea L. Meltzer y su equipo de investigadores de la Southern Methodist University de Dallas, ¡él! puede ser la causa.
Sí, porque te da tanto amor y dulzura (y viceversa) que sientes la satisfacción de saberte amada sin importar cómo te veas, sino por lo que en realidad eres. Por lo mismo, no te importa celebrar onerosamente en un buen restaurante los aniversarios, “mesarios” y un cuánto hay de fechas especiales. Tampoco importa qué exquisiteces comparten todas las veces que se ven. Total, ambos se aman y ya está. ¡Y ojo, que este pensamiento es compartido por él!
Los investigadores llegaron a la conclusión expuesta luego de observar por más de 4 años a 160 parejas, proceso en el cual quedó en evidencia que quienes realmente eran felices tendían a aumentar el volumen de su anatomía, siguiendo la lógica de “guatita llena, corazón contento” y “total, lo de adentro es lo que importa”. En las parejas que atraviesan conflictos, la lógica es la inversa: suelen verse apagados, deprimidos y experimentar bruscas bajas de peso (o - estancados en la rutina - no presentar variación en absoluto) Quienes se mantendrían en mejor estado físico son los divorciados, quienes pondrían especial atención en cuidar la línea y mantenerse “vigentes” para su reincorporación al “mercado”.
¡Terror! ¿Será entonces que ser feliz en pareja y estar físicamente regia son anhelos incompatibles? ¡No chicas! La clave del equilibrio está en no dejarse estar y procurar reconquistar a la pareja todos los días. ¡Y no sólo por ellos, sino también para sentirnos lindas! Y es posible tomar acción para resolver el punto: disfrutar de estar juntos, en plenitud amorosa, modificando las rutinas para mantenerse en forma. Por ejemplo, en lugar de ir al cine el sábado por la noche, podemos retomar el viejo hábito de visitar la disco. O subir a caminar por los cerros en lugar de hacerlo por los pasillos de un mall. Un romántico paseo en bicicleta es una bella alternativa, ¿o no? El punto es incorporar a nuestras actividades aquellas que requieran algún grado de esfuerzo físico. Asimismo, aprovechando nuestra excelente relación, no es malo recordar que el sexo es considerado el mejor ejercicio. ¿Qué más dulce, entretenido y placentero para gastar calorías?
Así es que ya lo saben: si los números en la balanza han experimentado un alza desde que iniciaste tu relación, no es para desesperarse: ya sabes las causas ¡Eres feliz y eso es lo más! Claro que es hora de coordinarse, poniéndose en acción para seguirlo siendo y pasarlo fantástico disminuyendo juntos la molesta grasa.
¿Y tú? ¿Has aumentado tu volumen desde que estás con él? ¿Qué propones para reducirlo?