por Natalia Desde que estoy "soltera otra vez", he conocido a un millón de jotes, pero ninguno me interesa. Hay uno por ahí que anda bien, ¡pero ni me pesca en whatsapp!; es el que menos me infla. Otros - en cambio - me han traído regalos, invitaciones al cine, ¡a cualquier lugar! Se han ofrecido acompañarme a caminar, a hablar, cualquier cosa que sería maravillosa con alguien que me gustara, ¡pero no! Me gustan los minos difíciles, los que me cuesta conquistar, los que me ignoran. ¿Por qué las mujeres tendremos ese instinto "animalesco" de cacería? (Bueno, los hombres también) A veces digo: ¿cómo soy tan tonta?, hay hombres que sí merecen cariño, amor, comprensión, y bla bla. Se juegan a mil por mí, son detallistas y siempre están pendientes de lo que necesito, pero ¡no hay caso! La historia es siempre la misma. Sencillamente, no me gustan y ando a las vueltas del que se me hace más difícil. ¡Qué terrible! ¿Será que me gustan los desafíos? ¿la adrenalina? ¿andar con la guata apretada tras la presa a ver si cae? ¡En fin!
¿A alguna de ustedes le pasa lo mismo? Foto CC vía WomenHealth