La ovulación puede ser un tema muy importante para una mujer, ya sea porque no quiere quedar embarazada o porque de hecho sí quiere hacerlo, de forma planificada y ordenada. Por lo tanto, saber reconocer las señales que nos da nuestro cuerpo de que esto está ocurriendo es fundamental, sobre todo para la segunda opción (porque bueno, hay otros medios de prevenir un embarazo no deseado, ¿no creen?)
En primer lugar, debes saber la duración aproximada de tu ciclo, contando cada cuánto tiempo llega tu periodo. Lo normal es que sea de 28 días, pero hay algunos que duran un poco más o menos. Por lo tanto, lo que se hace es tomar los 3 días centrales de éste, es decir, uno antes y otro después de la mitad (en el caso de un ciclo de 28 días, serían el 13, 14 y 15; mientras que en uno de 30, el 14, 15 y 16, y así) A éstos agrégales 2 días antes y 2 después. Ese sería tu periodo fértil (en total, una semana). Por lo tanto, tener relaciones sexuales en esas fechas debería asegurarte un embarazo.
Luego, tenemos una señal que nuestro cuerpo nos envía de manera más evidente, que es el flujo cervical o vaginal. Su función varía a lo largo del ciclo, dificultando o facilitando el movimiento de los espermatozoides por el cuello uterino. Para ello, va cambiando su volumen y textura, por lo cual es más evidente el momento en que se encuentra apto para "impulsar" a esos espermios. Y es cuando dicho flujo se presenta como un líquido claro, resbaladizo y elástico (de hecho, se puede estirar con tus dedos entre 2.5 y 5 cm sin romperse), similar a la clara de huevo cruda. Es en estos momentos cuando gozas de mayor fertilidad.
Finalmente, otra forma de determinar "esos días" es mediante la denominada temperatura basal. Para ello, debes comprar un termómetro especial (tranquila, lo venden en cualquier farmacia) y tomarte la temperatura diariamente. Notarás que ésta aumenta en unas décimas de grado los días en que se ovula. Como verás, este es un método que requiere más tiempo y observación - se recomienda que un par de meses -, en los cuales vayas anotando lo que marca el termómetro y viendo las variaciones entre días, porque al observar el ciclo completo te darás cuenta del alza. Puede ser entre 0.2 y 0.5 grados Celsius, o sea, no lo notarías de la nada sin medirlo. Lo ideal es hacer esto en las mañanas, antes de levantarte y moviéndote lo menos posible, dado que el movimiento aumenta la temperatura, aún en grados ínfimos.
Así que ya sabes. Hay muchas formas de planificar la llegada de un bebé, en caso de que la estés ansiando mucho. Siempre es bueno visitar a tu médico cuando estés con esa idea, pero - como te decía -, hay que estar atenta a las señales, ya que la naturaleza es sabia y nos las entrega.
Foto CC Vía Sexy Eggs