Si bien en mi presente los suegros son una figura inexistente, he tenido un par de ellos. Y sin duda, conocerlos y agradarles, aunque sea medianamente y dentro de los estándares normales de diplomacia (¡por lo menos!) es un aspecto delicado de cualquier pololeo. Porque pucha que nos ahorra problemas, desencuentros y malas caras el llevarse bien con ellos.
Ahora bien, imagínense el siguiente escenario: vives sola (o con tu pololo), y vienen de visita los suegros. Es muy importante recibirlos de la mejor forma posible. Y para ello, un dato esencial es contar con algunos tips por parte de tu pareja. Que te informe si existen alergias de algún tipo, si hay algo que no les guste, mañas, etc.
Ya teniendo el mayor número de antecedentes reunidos, vamos a hacer el siguiente supuesto: los suegros no son mañosos, beben con moderación, no son alérgicos a nada. Es así como puedo sugerir el siguiente “menú”:
Entrada: ellos llegan, y deben haber cositas para picar. Es imprescindible que haya aceitunas (ojalá de varios tipos), algunos cortes de queso, papas fritas, maní. Estos son los picoteos infaltables y que a la mayoría le gusta. Si quieres innovar un poco, puedes además tomar un queso filadelfia, hacerle unos cortes, rociarlo con sésamo, darle 30 segundos en el microonda y acompañarla con unas galletas saladas para untar.
Como segunda opción, tampoco sería malo tener algo más elaborado, aunque muy fácil de hacer, y con lo que quedarás como reina: unas ricas machas a la parmesana
Para beber, puedes tener un trago rico tipo aperitivo, como pisco sour o mango sour. Lo más fácil es comprar el preparado, pero si quieres darle un toque más casero, puedes agregarle a la mezcla jugo natural o pulpa, y algo de azúcar flor.
Plato de fondo: ¿qué te parece una rica lasaña? Puedes hacer 2 versiones, la tradicional boloñesa, con carne y salsa de tomate (o en caso especial, la versión vegetariana con carne de soya); y la de mariscos, usando la lasaña verde, aquella de espinaca y salsa blanca. Así, hay variedad para los gustos, y además te aseguras por si acaso alguno de los papás no le gusta la carne o los mariscos. Acompañaremos la lasaña con vino, así que asegúrate de tener al menos 2 botellas, una de vino tinto para la lasaña de carne, y una de vino blanco, para la de mariscos.
Postre: podemos tener refrigerado y preparado un par de horas antes, un rico bavarois del sabor que gustes. Esto, ya que debemos rematar con un postre que sea un poco más liviano, entonces un helado o algo con masa será demasiado.
Otra opción puede ser un clásico chileno, la deliciosa sémola con leche.
Bajativo: Y para darle el toque regalón final, ¿qué tal si les ofreces una infusiones de hierbas o una menta en caso de que quieran algo frío, para ayudar a la digestión?
Así que luego de esto, estos suegros no pueden irse pelándote. ¡O al menos no tanto, y ciertamente no de hambre!
Foto CC Vía jolly_sonali