En mis años de enseñanza básica, durante el mes de octubre, mi escuela celebraba la “semana del alumno”. En aquellos días, se realizaban diversas actividades recreativas, dentro de las cuales destacaba la “fiesta de disfraces”. Desconozco si tal instancia se sigue desarrollando con los niños de hoy (en el colegio de mi hijo, al menos no), pero a fines de los ‘80 - ops, se me cayó el carnet - para nosotras ¡era fantástico!
Mi primer disfraz fue de gata. Me sentía un poco extraña entre tantas “princesas”, tanto así que me correspondió a mí - en el contexto de que vestía un disfraz de animalito - hacer el papel de “villana” y perseguirlas por todo el patio (ya que brujas no había). Por ese entonces tenía 5 años y en los cursos sucesivos, ya no quise ir de otra cosa que no fuese Blancanieves.
Recuerdo que el evento finalizaba con un pomposo desfile por el amplio gimnasio de mi vieja escuela. Caracterizadas todas, algunas - como yo - de princesas y otras de hadas, damas antiguas o pascuenses, nos sentíamos en la gloria. Lindas y en un lúdico rol de mujeres mágicas, diáfanas y pretendidas por cuando menos UN príncipe azul (jaja, increíble cómo nos lavaban el cerebro desde pequeñas). Hoy, algunas ya lo encontramos y otras siguen en la búsqueda, pero si hay algo que no varía es nuestro gusto por vernos bonitas y sentirnos mujeres. Así como tampoco desaparece de nuestra mente el bello recuerdo de aquellos años. ¡Qué tiempos!
Y bueno, aún de adultas podemos disfrazarnos (para muchas, el gusto se mantiene) Claro que en otros contextos y más en privado (ustedes entienden, jaja)
Tú, ¿participaste de alguna fiesta de disfraces? ¿Qué personaje caracterizaste?
Foto: Archivo de la autora