Fue quizás la escena más memorable de la segunda temporada de Soltera otra vez. El minazo Álvaro llevaba a la atolondrada Cristina hasta lo alto del puente Racamalac (más conocido como Condell) en Providencia. Una vez allí, ambos enganchaban un grueso candado en la baranda para luego cerrarlo y arrojar las llaves al río, como señal de que así sería su unión y ya nunca se separarían. ¡Aww! Innegable que fue de lo más dulce, ¿no creen?
Bueno, la idea no surgió de los guionistas de la teleserie de Canal 13: se trata de una tradición que data de 2006, con la publicación de la novela italiana “Tengo ganas de ti”, del joven autor Federico Moccia. En la obra, el protagonista - llamado Step - inicia una relación sentimental con Gin, gracias a la cual supera el recuerdo de su viejo e inolvidable amor, Babi. Para coronar el deseo de rehacer exitosamente su vida, ambos se dirigen al Ponte Mulvia - en Roma - para colgar en un farol el cerrojo con sus nombres escritos. Luego, arrojan las llaves a las aguas del Tíber, con el objeto de que - al igual que el dispositivo de seguridad allí enganchado- su amor prevalezca por siempre. ¡Romántico a morir!
Desde entonces, centenares de parejas han replicado la iniciativa plasmada en la narración de Moccia. Tanto así que en Florencia, el Ponte Vecchio sostuvo tantos candados entre sus barandas que las autoridades - muy descontentas, ya que la leyenda estaba debilitando la estructura - decidieron multar con fuertes sumas de dinero a las parejas que sean sorprendidas intentando preservar su amor ad eternum. (Por eso, si viajas a Florencia, te recomendamos no hacerlo).
La idea fue adoptada en otras latitudes y es así como a comienzos del año 2008 ya era posible observar candados en el Pont des Arts de París y de ahí en más, en casi todos los puentes que atraviesan el río Senna. En Santiago, esta costumbre comenzó a popularizarse con el estreno de la versión cinematográfica de la novela y terminó de difundirse con la incorporación en el recordado capítulo de la producción estelarizada por Paz Bascuñán y Pablo Macaya. Y es justamente el cruce escogido por la pareja el que aglutina la mayor cantidad de candados, ¿qué tal?
Seguramente este 14 de febrero que finaliza, muchas enamoradas parejas fueron a colocar su candado del amor eterno, con la esperanza de que su reacción sea igual de sólida e inseparable. y tú, ¿ya colocaste el tuyo?