La vimos haciendo todo lo que se le ocurrió en la 86° entrega de los premios Oscar. Se disfrazó; pidió pizzas para todo el mundo; se mantuvo casi la mitad del show paseándose entre los actores; y para coronar su actuación en una de las noches más importantes de la industria cinematográfica, fue la autora intelectual y material de la “selfie” más glamorosa de la historia: la fotografía “más retuiteada de todas” y que llegó por instantes a colapsar la red social del ave azul.
Pero antes de su rol de gran presentadora de shows televisivos (es segunda vez que conduce los Oscar y ya ha hecho lo suyo con los premios Emmy y los Grammy), Ellen Degeneres ya nos encantaba en sus facetas de actriz, comediante y animadora de TV, con un humor rápido, inteligente y muy crítico, que te obliga a reflexionar al mismo tiempo en que te agarras la guata por la risa. Una seca de aquellas.
Porque Ellen, reconocida lesbiana y representante de las demandas en favor de la diversidad sexual, ha sabido usar de manera precisa el espacio mediático que se ha ganado. Con una postura activa contra las diferentes formas de discriminación, y también contra los absurdos estereotipos comerciales que afectan a las mujeres, Ellen no pierden la oportunidad de tirarle algún ácido palito a la industria en la que trabaja. Sí, tal como lo hace en el genial monólogo de su matinal The Ellen Degeneres Show (ya muy popular en las redes sociales) y donde de manera simpática –pero no menos dura- expone las características sexistas del marketing, la publicidad y los productos que intentan vendernos a las mujeres. Puedes disfrutarlo después del salto. Nuevamente ¡te amamos, Ellen!
Imagen CC vía Flickr