Si eres de las que cada año aumenta uno o dos kilos y no los puede volver a bajar, no consigue saciar el apetito con nada o tiene un sobrepeso que se está convirtiendo en obesidad… tal vez tengas resistencia a la leptina.
La leptina, también conocida como la hormona del hambre, es la que regula el metabolismo e inhibe el apetito. Funciona como un sensor que lo satisface, porque es producida por las células grasas que se han adquirido en los alimentos. Si ya consumiste lo que tu cuerpo necesita para trabajar, la leptina emite una señal al hipotálamo indicándole que es hora de que dejes de comer.
Dicho de otro modo, al comer comienzas a secretar la hormona del hambre y ésta, a medida que sigues comiendo, empieza a disminuir el apetito. Simple, ¿verdad? Pero entonces, ¿por qué después de tomar una rica once compuesta por un seductor trozo de torta de panqueque, un café endulzado con sucralosa (obvio), un juguito “natural” de frutas y una paila de huevos revueltos con jamón en pan de molde, todavía se te antoja como bajativo un heladito de chocolate y frutilla?
Bueno, esto se debe a que el tipo de alimentos que consumes (ricos en grasa), la vida sedentaria, el estrés etc., te hace producir leptina en exceso, lo que termina inhibiendo la función de esta hormona y haciéndote resistente a ella, tal como sucede con la insulina, cuyo mal funcionamiento causa la diabetes.
Pero no todo está perdido, a pesar de que seas resistente a la leptina por años - y a diferencia de lo que ocurre con la insulina -, si sigues estos simples consejos que aparecen en el recuadro de abajo podrás volver a verte y sentirte como la chica sexy que eras, sin hacerte resistente a ella de nuevo .1. Vigila tu consumo de azúcares: quedó demostrado en ratas que consumieron una dieta alta en fructosa (60%) y luego fueron inyectadas con leptina, que ésta no tuvo efecto, mientras que en las ratas con dieta normal sí redujo el apetito.
2. Evita las lectinas presentes en los granos. Se sospecha que estas lectinas se unen a la leptina, impidiendo que tengan el efecto esperado en los receptores.
3. Duerme suficiente: se ha relacionado la falta de sueño con niveles bajos de leptina.
4. Evita las restricciones calóricas severas. Reducciones drásticas de la ingesta diaria de calorías en periodos cortos de tiempo producen una reducción en los niveles de leptinas más acelerada a la explicable por pérdida de grasa corporal.
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