Curioso - por decir lo menos - es el consejo que Francisco Javier Martínez, Arzobispo de Granada, entregó a las mujeres que quieran enriquecer su sexualidad (claro, siempre "dentro del matrimonio"). Así es, porque el religioso, autor del ya polémico libro “Cásate y sé sumisa” instruye a las féminas a practicar sexo oral a sus esposos “cada vez que éste se los ordene”. Pero en el acto recomienda además “pensar en Jesús”, recordando que no se es una pervertida.
Reconozco que soy creyente, respeto la religión y es un tema en mi vida, pero “ese momento” no me parece el más adecuado para “pensar en Jesús”. Además, ya la expresión “siempre que tu esposo te lo ordene” me genera ruido. ¿Cómo es la cosa? ¡Si hace rato dejamos la Edad Media atrás! Hoy las mujeres tenemos derecho a determinar la forma que estimemos pertinente para disfrutar de la sexualidad en pareja. Es más, éste es un acto que debe brindarnos satisfacción a ambos; ya que nosotras en ningún caso somos un simple “objeto” para el placer masculino. Dejemos la sumisión para "50 sombras de Grey" (siempre que ambos miembros de la pareja consientan y gocen con ello).
Pero bueno, más allá de considerar lamentables estas visiones, creo que el rol de los clérigos es el de acompañar la fe y brindar asesoría espiritual a quien la requiera. ¡Jamás meterse en nuestras alcobas! ¿No les parece?