Vivir en pareja es una experiencia muy linda y enriquecedora. A pesar de los conflictos que surgen al tratar de adaptarse, convivir bajo el mismo techo nos permite aprender el uno del otro y en definitiva, crecer y ser mejores personas. Sin embargo, hay problemas que son difíciles de solucionar y que con el pasar del tiempo pueden dar pie a una crisis en la pareja. En este sentido, acá te nombramos algunos de los detalles más comunes que afectan las relaciones:
1. El orden: no todos tenemos las mismas enseñanzas, por eso, lo que para algunos puede verse ordenado, para otros deja bastante que desear. No obstante, esto se convierte en un obstáculo cuando se presenta uno de los dos polos, es decir, una persona obsesionada con el orden o en el caso contrario, alguien demasiado relajado. La clave es encontrar un equilibrio y tratar de entender a nuestro compañero. Comienza pensando cómo era antes de vivir contigo, la forma en que se organizaba su anterior hogar. Adaptarse a fin de cuentas, implica también aceptar que esa persona posee hábitos que vienen desde su niñez y que difícilmente podrás cambiar.
Recuerda también que es tarea de ambos mantener el orden. Muchas veces, los hombres tienen la costumbre de dejar la ropa tirada en cualquier lugar o en el caso de las mujeres, dejar sus productos de belleza regados entre la habitación y el baño. La idea es que si no contamos con el tiempo para ordenar, por lo menos ayudemos a no empeorar las cosas.
2. La limpieza: sin duda, el aseo va más allá de cualquier costumbre. Mantener el higiene del hogar es tarea de ambos, por eso cuando una de las dos partes no coopera con esta responsabilidad, la situación es realmente compleja. Por ejemplo, ¿quién pude vivir con el baño o la cocina sucia?, bien podemos pasar un día sin barrer o aspirar, pero hay cosas que requieren un cuidado mayor. Por eso es necesario planear de antemano quién limpiará cada rincón de la casa y en este sentido, considerar el tiempo que ambos poseen, ya que en ocasiones es recomendable contar con una asesora del hogar para que todo luzca perfecto y los dos puedan sentirse cómodos.
3. Los ronquidos: Descansar es una necesidad imperiosa. Si no podemos dormir bien nos sentimos aletargados e incluso de mal humor. Por ello, cuando nuestra pareja ronca es una situación muy irritante. No es su culpa, no tiene la intención de molestarnos y sin embargo, nos mantiene a saltos toda la noche. En tanto, si lo despertamos para que deje de hacer ruido, la situación es injusta también para él.
Al respecto, hay muchas soluciones, por ejemplo, visitar un médico que identifique cuál es el motivo de los ronquidos. Esto es muy relevante, pues a veces es posible que requiera algún tipo de tratamiento. Asimismo, existen otras recomendaciones como ocupar cojines cómodos; apilar dos o tres almohadas para dormir con la cabeza en alto; decansar las horas adecuadas, ya que a veces el cansancio produce un sueño intranquilo; y mantener un peso apropiado, pues los kilos extras pueden contribuir a una respiración agitada.
4. Las mascotas: muchas personas adquieren una mascota sin pensar antes en las responsabilidades que implica. Los animales no son un adorno o un juguete, son seres vivos que requieren diversos cuidados y atenciones. Alimentarlos y darles agua, sacarlos al exterior si es necesario, limpiar el espacio en que se desenvuelven, mantener sus vacunas al día, bañarlos y dedicarles tiempo para regalonear son sólo algunas de las tareas que conlleva tener una mascota en casa. En este sentido, cuando alguien no colabora con este cuidado surgen una serie de cuestionamientos.
Para que esto no suceda, antes de tomar la decisión de comprar o adoptar, es importante entender que darle un hogar a un animalito es un acto de amor y como tal, es una obligación preocuparse de él. Aunque el tiempo sea escaso y el cansancio nos rinda, no hay que olvidar que las mascotas dependen de nosotros.
5. Respetar la privacidad: Pese a que estemos viviendo bajo el mismo techo, ambos tenemos cosas personales y lugares donde las disponemos. Al respecto, es fundamental que en una relación exista el respeto por la individualidad del otro, o sea, no es prudente inmiscuirse en cosas que son propias de cada persona. Por ejemplo, los documentos guardados en el computador, los papeles que se apilan en el escritorio, entre otros. Las mujeres en especial, guardamos libretas o cartas de viejas amistades que son parte de nuestra historia y que no deseamos botar. Algunas cosas con el tiempo las vamos dejando atrás, mientras otras aún permanecen guardadas en cierto rincón de la casa. Por ello, lo ideal es que ambos puedan tener la privacidad y el espacio que merecen dentro de su hogar.
Y tú, ¿cuál problema crees que podría producir una crisis en tu relación de pareja?