Muchas veces nos preguntamos ¿cuál es la edad perfecta para una mujer? Algunas sostienen que es la niñez, cuando vivíamos sin grandes preocupaciones y todo eran juegos, fantasías y diversión. Otras dirán que es la adolescencia; alrededor de los 15 años, cuando las hormonas se revolucionan y soñamos con el amor. Para varias de nosotras, los veintitantos son geniales: comenzamos la etapa adulta, pero aún gozamos de juventud y lozanía. En tanto, no son pocos quienes sostienen que a los cuarenta y algo la mujer se encuentra en la plenitud de su sexualidad y belleza. No en vano, las llamadas MILF son consideradas féminas deseables y extraordinarias.
Sin embargo, de acuerdo a un estudio realizado en Reino Unido y publicado por el sitio web Refinery29.com, la edad perfecta para nosotras es nada menos que cuando se han contado 34 primaveras. Así es, la atractiva curva de los 30 y tantos, ¿qué tal? Década misma en que se prevé que una ya tendrá su vida resuelta, la necesaria independencia económica, mayor libertad para gozar la sexualidad de manera responsable y el plano laboral está en su apogeo. Además las féminas - ya alcanzado este “número mágico” -, nos sentiríamos en inmejorable condición física, ya que por entonces nuestro cuerpo encontraría el equilibrio deseado.
Como mujer que anda justamente en esa etapa (a sólo un año de la “edad ideal”) puedo decir que hasta el momento, sí, estoy construyendo un espacio laboral que es de todo mi agrado. Aún más, ¡una verdadera pasión! Y en ese sentido, me siento satisfecha con lo avanzado. También con mi relación de pareja. Tengo la inconmensurable fortuna de haber hallado a un hombre maravilloso que hoy es mi compañero, el que cada día me sorprende y deslumbra. Sin embargo, hay varias cosillas que no me han gustado de los sobrevalorados treinta y siempre. Les compartiré cuáles:
1. En televisión, veo a exponentes de la tercera década con la vida más que resuelta: su regio penthouse -incluida una terraza maravillosa que domina la ciudad -; postgrados varios adornando el CV, autazo y una nutrida bitácora de viajes por el mundo. Ok, yo me encuentro avanzando en la consecución de mis objetivos, pero me asombra la facilidad con que dichos personajes tienen “a esta edad” tantos logros a su haber. Porque de que cuesta, cuesta. ¡Y harto! Así como no tener ya algo medianamente cercano también te frustra un poco. En fin, será cosa de ponerle empeño, ¿no? ¡Y paciencia! (Si alguien dispone de otra receta, please, que me la dé)
2. Me apesta un poco que el metabolismo haga que las cosas “se engruesen” y no recuperen su volumen normal con la misma facilidad que en los veintialgo. Lo que sube en cuanto a kilos, ahora baja a tropezones. Por lo mismo, me cuesta un poco sentirme rica y con tremendo cuerpo, así el medio pedazo de mina, pero bueno… el estudio dice que una se siente así y habrá que creerle. (¿?) Al menos, ¡la actitud ayuda!.
3. Cuesta un poco más mantenerse “sin comer”. La fuerza de voluntad decae y sucumbimos con mayor facilidad a la tentación que implica una pastelería. Además, si bien aún tenemos energía para divertirnos, ésta decrece un poco en relación a los 20 y la idea de un carrete “all night long” se nos hace cada vez menos atractiva.
4. Hay que comenzar a preocuparse de las canas y arruguitas, con el consiguiente gasto extra de tintes y cremas faciales. Además, algunos desubicados te dicen "señora".
En fin, aún con esos peros, a esta década le tengo fe. Esperemos que, tal y como señala el estudio, sea en ella que alcancemos “el esplendor de la vida”. Aunque yo creo que toda persona es un mundo aparte y - como tal - cada una de nosotras tiene el potencial para vivir a concho y transformar uno por uno los años que cumple en “la edad más bacán” ¿No lo creen? Al menos yo estoy trabajando en eso, satisfecha con varios de los resultados y ¡vamos por más!
Y tú, ¿ya estás en tu mejor edad?