Todas tenemos un make-up favorito. El mío es la base de maquillaje. ¡Simplemente me encanta! La descubrí hace tan sólo un par de años y a pesar del escaso tiempo de uso, ya deliro con ella.
Siempre he sido de maquillarme de manera muy natural; casi imperceptible. En este look “a cara lavada” me juega en contra el ser muy blancucha, lo cual me hace ver en extremo pálida sin un buen make - up. A pesar de esto, no soy muy amiga del look “sobrecargado”, ya que a mi modo de ver, menos es más. Por lo mismo, valoro un maquillaje discreto y elegante. Solía ocupar, así, sólo un poco de rubor, sombras en tonos pastel (siempre con brillos) y un buen gloss. Sin embargo, no fue hasta descubrir este “must have” que los resultados ante el espejo me dejaron 100 por ciento complacida.
Así es, porque la base apoya la labor del corrector al disimular las imperfecciones, dándole un acabado perfecto a la piel, preparándola para el maquillaje. La empareja, haciéndola lucir sana y luminosa. Además, con ella el look natural resalta, alcanzando lo más cercano a la perfección.
Mi favorita es Dream Matte Mousse, de Maybelline, ya que su textura es exquisita y se esparce fácilmente. ¡Adoro las bases estilo soufflé: la sensación que dejan en la piel es todo un agasajo! Aún cuando no he probado la versión que lanzó L’Oreal hace algún tiempo, la verdad es que el producto me tinca bastante, al tratarse de una marca de todo mi agrado y en el formato que me trastorna. Pero hasta ahora, mi segunda opción es lejos la que ofrece la línea Una, de Natura. Está bien, es líquida, pero si la aplicas con el pincel adecuado, la textura que obtendrás es similar a la de “Dream Matte”. Además, dispone de un tratamiento antiedad y FPS 15. ¡Genial!, ¿no?
¡Pero ahora es tu turno! Cuéntanos: ¿cuál es tu base irresistible?