Tener un carácter terrible es simplemente una de las peores cosas que le pueden pasar a una mujer. Por mucho que queramos cambiar, ante cualquier provocación o situación límite, vuelve a florecer y pareciera que es cada vez peor. Aunque aprendamos y estemos conscientes de que no estamos actuando bien, no lo podemos evitar, la ira aparece y cuando nos damos cuenta, es demasiado tarde.
Es como si una fuerza sobre humana se apoderara de nuestros cuerpos y palabras, obligándonos a decir cosas que no sentimos y que más tarde, nos costarán muy caro.
El orgullo también juega un rol importante en nuestro –a veces- detestable carácter. Por querer demostrar fortaleza ante la otra persona (que muchas veces es nuestra pareja) la ofendemos, le gritamos, diciendo una y otra vez que somos nosotras las que tenemos razón.
Luego de la tormenta viene la calma y es ahí donde no encontramos la paz. Nos damos vueltas mil veces en lo que dijimos, lloramos de arrepentimiento y nos odiamos por no habernos controlado. Es una especie de "resaca post pelea", donde nos auto juramos que nunca más lo haremos y buscamos la manera de poder cumplir. “Controlaré mi carácter”, “seré menos posesiva” o “nunca más diré algo que no siento”, son algunas de las frases que repetimos mientras nos revolcamos en nuestra cama del remordimiento.
¿Soluciones? Podría dar muchas, como por ejemplo, que debemos pensar las cosas antes de decirlas, pero si llevamos tiempo en lo mismo, es seguir remando para el lado equivocado.
Algo que sí nos puede ayudar, es hacer un paralelo de las cosas que verdaderamente queremos en nuestra vida. ¿Realmente amamos a esa persona que no comprendemos ni un poco? Si tu respuesta es sí, es mejor que te sientes a conversar con él y le digas las cosas que te hacen explotar. Tal vez juntos lleguen a la solución del problema, antes que sea demasiado tarde. Pero si tu respuesta es no, lo mejor es dar un paso al costado y no hacer sufrir a nadie más.
Dejar ir a quien amas por no poder controlar tus impulsos es realmente terrible. Por eso, lo recomendable es - luego de agotadas todas las instancias - consultar a un especialista que te oriente y ayude a manejar tu mal carácter. Todo tiene solución y no puedes perder lo que has construido por ser una cascarrabias.
¡Suerte!
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