por Jocelyn Aravena Ramos
Aún recuerdo aquellos tiempos en que el fútbol era sólo para hombres; cuando la asistencia a los “estadios” era panorama exclusivo de ellos y las mujeres los esperaban sentadas en casa. Puedo decir con autoridad que ya no es así, ese deporte de “hombres” lleva cada vez más mujeres a los estadios y no como acompañantes precisamente, sino hinchas activas y con voz.
La primera vez que pisé el Estadio Nacional tenía 9 años de edad y no fue precisamente mi papá el que me llevó, sino que mi mamá. Ir al Estadio en ese tiempo era lo máximo, tranquilo y familiar. Mirar a la barra cantar era todo un espectáculo: un montón de chascones que se desvivían por un club, saltaban y cantaban los noventa minutos que duraba el encuentro hasta quedar sin voz . Y así fui creciendo, asistiendo sagradamente todos los fines de semana a ver a mi equipo.
Me da mucha risa saber que hay hombres que se “incomodan” ante la presencia del género femenino en las gradas, que se molestan cuando una emite opiniones o simplemente al ver que también podemos vestir una camiseta. Se sienten invadidos en “su espacio”.
¿Qué les sucede hombres? El futbol es pasión de multitudes, no de “hombres”. Recordemos la igualdad de género; aquella que en alguna ocasión nos permitió entrar a las aulas y el derecho a votar: así, hoy también tenemos periodistas deportivas e incluso reporteras en cancha. Y ojo, que hasta hay árbitros en versión femenina.
Mis amigas son cero fútbol: aún recuerdo cuando nos juntamos a ver un partido de la selección chilena y tuve que escuchar un sinfín de barbaridades, como por ejemplo: “¿cuánto dura el partido?” o “¿quién es ese hombre de negro que corre en medio de la cancha?” o el típico “¿qué pasa si perdemos?” o “¿qué pasa si ganamos?”, entre otras tantas. ¿O será que yo me volví un poco niño? Ellas siempre me dicen que cuándo me voy a aburrir de ir al Estadio, que si algún día voy a madurar, y yo les digo que hay vivirlo para sentirlo.
Al amor de mi vida lo conocí en el Estadio, en uno de los viajes que hice siguiendo al equipo de mis amores y creo que es hasta ventajoso para un hombre tener de pareja a una mina “futbolera”, ya que después de los partidos un buen regaloneo de día domingo siempre es bienvenido para empezar con fuerza la semana laboral.
Y ustedes, ¿deliran como yo con este deporte?
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