Hace ya varios años, mientras participaba en un taller universitario, conocí a alguien simplemente maravilloso: el mejor amigo, compañero y amante que podría desear. A partir de entonces estamos juntos. Y como en él encontré todo cuanto esperaba de un hombre, me declaro felizmente “desactualizada” de lo que implica estar en el “mercado amoroso”, barajando las diversas opciones que se presentan después de los 30. No obstante, tengo amigas que me cuentan.
De acuerdo con su testimonio, la oferta de treintones disponibles es bastante especial. Comprende una nutrida “fauna” de especímenes cuyo comportamiento no dista demasiado de los “pasteles” que conocía Cristina (Soltera otra vez). ¡True history! Por lo mismo, me decidí a tomar sus testimonios y hacer un compendio de “citas treintañeras” más comunes. ¡A ver si ustedes concuerdan y lo confirman!
1. El profesional exitoso: A primera vista es un espécimen fabuloso. Guapo y con buen pasar. Sin embargo, a poco andar la cita se transforma en una verdadera entrevista de trabajo: el tipo te tira encima su título, postgrados, magísteres y doctorados, si es que los tiene.¡Poco falta que saque su CV y te lo entregue! Luego, sigue la aburrida charla en la que te relata detalladamente cuáles son sus “competencias” y logros laborales. Aún si te desempeñas como researcher, seguro ésta no es tu idea de un encuentro romántico deslumbrante. Bored. ¡Next!
2. El padre: Literalmente. Tiene hijos y no hay problema en ello. El punto es que ¡les busca madre! Así es, porque este exponente es fiel admirador de la Novicia Rebelde y busca replicar el romántico musical en su propia vida. ¡Que no te extrañe si es con canciones incluidas! Y puede que los niños sean un encanto, tanto así que gustosa desempeñes el rol que él pretende. ¡Pero que no sea tan evidente de entrada!, ¿no?
3. El “casado” o con compromiso serio: Éste parece perfecto. Porque es guapo y entretenido. Sin embargo, hay un detalle que comúnmente olvida contar: ¡Tiene dueña! Lo que busca es un divertimento para salvar su relación de la rutina. ¡Next! y ¡pobre de la oficial, que se queda con el pastel!
4. El desesperado: Ese que te considera la más hermosa de todo el planeta, una mujer brillante, fantástica y que cocina de maravilla (aún cuando jamás haya degustado tu arte culinario) Es un adulador de primera - no es raro que eche mano a frases cursis de canciones -, y en plena cita ya está vislumbrando cómo será el matrimonio, a cuántos amigos invitarán, en qué iglesia será y dónde harán la recepción. El problema es que... ¡te conoce hace una semana! Arranca de éste: o es psicópata o tiene pésimas intenciones (caso en que, además, te toma por tonta).
5. El traumado: En realidad acaba de separarse y aún no consigue apartar a su ex de su cabeza (y lo que es peor, de su corazón) A cada minuto la recuerda, compartiéndote lo que hacían juntos, qué les gustaba comer o los viajes que realizaron. Amiga, este ejemplar puede ser un bombón, pero dale tiempo para sanarse. ¡Nada peor que competir con un fantasma! Tú no eres premio de consuelo de nadie.
Y ustedes, ¿qué dicen? ¿Es tan así? ¿Cuántos de estos pasteles han conocido?