Con mi pareja realmente nos amamos, sin duda somos el uno para el otro. Pero... convivir dentro de un mismo espacio físico, hace que ambos saquemos lo peor de nuestro carácter.
Soy una desordenada por naturaleza, pero siempre sé dónde encontrar mis cosas y él - por el contrario - cuando debe ordenar, lo hace sin ningún problema. Yo limpio, cocino y lavo los platos, pero sinceramente hacer la cama u ordenar el closet por color o tamaño de tela, no va conmigo.
Mi guardarropa es un desastre, porque luego de lavar la ropa y secarla solamente la doblo. Pero a diario, cuando voy sacando prendas, va quedando todo arrugado y yo sólo hago algo al respecto cuando lo reviso para escoger mi outfit: las prendas seleccionadas, las plancho o estiro la noche anterior.
Mi novio, por su parte, tampoco es bueno para mantener el orden, pero al menos, algo hace al respecto. A él le molesta mi desorden y yo detesto que deje su ropa en el suelo, zapatos en cualquier parte y lo que es típico... la pasta de dientes destapada, la toalla tirada en el baño y la tapa del W.C arriba.
Es ahí donde casi estalla la tercera guerra mundial: él me dice que cómo puedo tener todo tan desordenado, mientras que yo le discuto las condiciones en que deja mi baño. Ahí es cuando él me dice que yo estoy muy floja y que él es el único que ordena. Mientras, yo le recuerdo, que mi labor es cocinar, lavar los platos y limpiar el baño luego de que el "huracán ducha" pasa por ahí.
Finalmente, ambos comprendemos el punto de vista del otro, pero igual el ambiente queda tenso y ambos actuamos como a la defensiva. Pasamos largos momentos sin hablarnos, las caras largas se ven desde lejos y hasta se nos quitan las ganas de comer.
Es así como cada uno ordena su parte, sin decir una sola palabra. Lo que debiera ser algo cotidiano, termina siendo muy desagradable y estresante, incluso a veces con alguno colapsado y queriendo dejar todo hasta ahí. Por sanidad mental, hemos optado por vivir separados y quedarnos juntos sólo algunas noches, porque sabemos que lo que puede ser una noche de placer, al día siguiente es pelea segura.
Y tú, ¿amas a alguien con quien no podrías vivir?
Foto CC Vía Flickr (Freddy The Boy)