No sé si es mi mal ojo, lo poco maduros que busco los hombres o simple mala suerte. Tengo la maldición de que empiezo conociéndolos y me llevo una desagradable sorpresa: son mamones. He llegado a pensar que soy un imán para ellos o que - definitivamente - todos son iguales. Ojalá fuese el mamón detallista y tierno, pero no, es el mamón hijito de MAMÁ, o en términos chilenos, que padece de "mamitis aguditis".
No hay peor karma para una mujer, que ser polola o pareja de un hombre mamón. Sencillamente, debes ser perfecta. Tu suegra se está fijando en todo lo que le haces a su “chancho” o “bebé”. Te odia de sólo saber que se lo puedes quitar. Si no sabes cocinar, eres un mal pronóstico. Si antepones el trabajo a verlo, tampoco serás una buena esposa. ¡Y ay de ti que lo hagas sufrir!
Para este tipo de hombres, conocer a la mamá y llevarse bien con ella, es requisito fundamental para formalizar la relación. La mamá llama constantemente para saber de su paradero o si no, él llama para reportarse cada media hora. Sin embargo, lo más terrible empieza cuando dejas de ser su polola y comienzas a ser la segunda “mamá”.
Son un cacho. En su mayoría son dependientes, se cuelgan del teléfono o quieren saber a cada segundo donde andas. Las comparaciones siempre son horrendas, pero creo que ellos andan buscando a una mujer que reemplace a su madre. ¿Comparten conmigo que es incómodo estar presente cuando las mamás les aprietan los cachetes a sus ‘bebés’? Suegras, que como gatos, marcan territorio sobre sus criaturas.
Díganme perseguida o no, pero creo que lo único que quieren esas suegras es deshacerse de nosotras sin dejar evidencia. ¡Me siento muy observada! Cada movimiento puede significar mi condena.
Después de esto, mujeres que tienen hijos, apiádense de las almas de sus futuras nueras y enséñenles desde pequeños a que sean independientes. Sería la solución perfecta a cierta cantidad de especímenes que rondan la tierra. Y ustedes, ¿han tenido un pololo mamón? ¿Qué fue lo peor que les pasó con ellos?