Vengo de una familia de mujeres sumamente empoderadas y desde chica, mi primera lección de vida fue que debo ser yo misma y no tengo por qué caerle bien a todo el mundo.
Por lo mismo, no soy capaz de entender a aquellas mujeres que quieren demostrar a toda costa que son tiernas, dulces y delicadas cubriéndose con distintos tonos de rosados, peluches y brillos. Para mí es una mezcla entre necesidad de aprobación y negación a la adultez.
Tuve compañeras de universidad que llegaban con cuadernos de Winnie The Pooh, estuches peludos y lápices con brillos y olor a chicle. Y no sólo eso, sino que además buscan demostrar con su voz y gestos que son personas dulces, tiernas e incapaces de hacer el mal, sobre todo si hay hombres presentes
He conversado el tema con muchos hombres amigos míos y siempre me responden lo mismo: ellos no creen en lo más mínimo el cuento e incluso no las consideran para relaciones ¿Será un asunto de desconfianza por su desesperación en parecer frágiles e inocentes?
Honestamente creo que no hay que temer verse fuerte e independiente a los ojos de los demás, las mujeres lo respetamos y los hombres lo valoran. Porque bajo ninguna circunstancia quieren convertirse en los papás de otro ser humano, ya sea como pareja o amigos, por algo los asusta la paternidad.
Imagen CC: Ted Houser