Era mi primer día de trabajo después de un largo tiempo de haber estado sin pega. Estaba tan contenta por haber encontrado una nueva oportunidad y pensando “todo saldrá excelente”, con ese espíritu optimista que nos invade cuando comenzamos un nuevo desafío.
Sin embargo, mi jefa resultó un tanto “especial”: a veces me daban miedo sus miradas un poco extrañas. Luego la fui conociendo, se pintó como una blanca y dulce paloma ante mí. El gran error fue que nos hicimos amigas: actividad que había salíamos juntas y hasta comencé a quedarme en su casa.
Ella tenía un carácter muy fuerte, pero al mismo tiempo esa dulzura misteriosa que no me permitía alejarme de ella. Un día, al mes de conocerme me propuso que nos fuéramos juntas a vivir fuera de Chile ¿No les parece raro?
Lo pensé, no se los niego, pero luego aterricé y dije "¡qué me está pasando, estoy perdiendo la cabeza si recién la conozco!" En una feria laboral me dejó verla tal cual era: nos gritoneó todo el rato a mí y a otras personas. Esa era la dulce paloma que había conocido y a quien le había confiado muchos de mis secretos. Y no termina ahí. ¿Qué me dirían si les cuento que se las dio de celestina hasta juntarme con un compañero de trabajo y luego hizo lo imposible por separarnos?
¡Siiiiiiii, estaba realmente loca! Tenía dos caras y se las daba de espiritual mientras hablaba mal de toda la gente en la empresa. Me di cuenta que no podía seguir así y dije: “¡no más, yo valgo y no merezco estar pasando malos ratos por una persona que es cero aporte en mi vida!” Y de muy buena forma renuncié al trabajo, pero ¿qué iba a esperar de ella?, armó show y hasta me prohibió la entrada a la empresa. Lo cual me dio mucha risa, como si fuera un centro turístico el lugar. Pero lo más increíble es que después de todo, resultó algo muy bueno: me consiguió pareja y estoy actualmente con mi ex compañero de trabajo. Su credibilidad en la empresa fue cero. ¡Ven, no todo fue tan terrible! Ya lo saben amigos, fíjense muy bien en el jefe que les toque y a la primera señal ¡Next! Primero estamos nosotros como personas, es lo más importante.
Y ustedes, ¿han tenido jefes así?
Foto CC vía Guillem Oliver