Creo que comer es una de las cosas que más amo en la vida. Pese a eso, soy bien equilibrada de lunes a domingo, me fijo en los horarios y sobretodo en medirme con algunos alimentos. Todo va bien durante el día, entre 6 AM y 11 PM, porque estoy muy lúcida y consciente de lo que hago en términos alimenticios. Pero esto es lo freak: Cuando estoy en "el primer sueño" y me despierto a eso de las 1 AM me trasformo en una especie de Pacman nocturno, que se levanta en piloto automático a picotear alguna cochinada ¿Cómo lo sé? Al otro día veo en el mesón de la cocina o mi velador las pruebas del delito, léase paquetito de galletas, ramitas, e incluso he llegado a encontrar todos los ingredientes para hacerme un sandwich jamón-queso.
Inicialmente pensaba que se podía tratar del típico "bajón" que te da después de salir, pero la frecuencia es mucha y no siempre que tomo me pasa. Simplemente es un ataque de hambre repentino que se da sin razón alguna y que, en su episodio más extremo, me tuvo "comiéndome una olla" silenciosamente, algo que no haría en mis 5 sentidos a las 1 de la madrugada. Pero lejos lo más vergonzoso que me ha pasado fue en la casa de mi pareja, que se levantó, me vio en cuclillas frente al refrigerador y con los ojos como dos rayitas mirando cuál sería la mejor opción para atacar. Lo bueno es que se lo toma con humor y no le "mato las pasiones" con esta rara costumbre.
Me perturba pensar que un par de veces al mes me levanto con pijama, melena de loca y arraso con todo a mi paso en la cocina. Me gustaría saber que no estoy sola en esto y que hay más gente como yo, que pasada la medianoche se siente como el Tiburón de Cachureos. Pero es raro y cada vez que lo cuento entre mis amigas se mueren de la risa y nunca jamás han escuchado algo parecido.
Imagen CC [Charli White]