No tengo tiempo ni quiero ir a gimnasios, pero paso la mayor parte del día sentada. Por eso si tengo que ir a algún lugar trato de ir caminando.
Caminar reduce el volumen del cuerpo y las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular, controla la presión, el colesterol, previene la osteoporosis y la diabetes ¡Lo mismo que ir al gimnasio!
Siempre me ha gustado caminar, pero últimamente se ha hecho una rutina muy necesaria. Me relaja, elimina el estrés diario y me permite pensar en otras cosas. Además me ayuda a dormir mejor.
Es una forma de conocer rinconcitos de la ciudad que antes pasaban desapercibidos. Caminar sola me ayuda a aclarar ideas, pero hacerlo acompañada también es ideal para conversar.
Y lo mejor es que ayuda a bajar kilitos extra sin extenuantes rutinas de ejercicio ¡ni te darás cuenta cómo tonificas tu cuerpo!
¿Qué esperas? Ponte zapatos cómodos, llena una botella con agua y ¡sal a recorrer la ciudad!.
Imagen CC vía pawpaw67