Dicen que todo “entra por la vista” y, lamentablemente, nuestra empatía por las demás personas no es la excepción. La primera impresión pesa, y mucho. En base a ella condicionamos nuestra actitud hacia otros, juzgándolos (o prejuzgándolos) conforme a su apariencia. Es lo que podemos observar en el video después del salto. Ojo: las conclusiones les dejarán un amargo sabor, pero también una reflexión que merece ser compartida. Tomen aire y ¡play!
Foto CC vía Flickr (anieto2k)