En estos tiempos invernales es cuando nos ponemos a pensar en la dieta y la manera de no llegar al inicio de la primavera con las sopaipillas colgando de nuestras caderas. Sin embargo,no basta sólo con hacer ejercicio; la idea es poder asesorarse por profesionales que nos guíen en el difícil proceso de mantenernos en forma.
¿Nutriólogo o nutricionista? He allí el dilema. La gran confusión en este caso responde al poco conocimiento que tenemos sobre estas dos disciplinas: no se trata de elegir, sino de que podamos complementarlas para tener éxito en cualquier tema que tenga que ver con nuestro peso.
Vamos a hablar de las diferencias entre ambos profesionales. En primer lugar, el nutricionista es un profesional que luego de haber estudiado cuatro a cinco años en una universidad, adquiere el título que lo certifica como tal. Ellos se preocupan de estudiar el tema de la nutrición desde un enfoque más integral y absoluto; por ejemplo: la alimentación de los deportistas o la que deben seguir las mujeres embarazadas, entre otras clasificaciones.
Es en base al conocimiento que tienen acerca de los alimentos que están calificados para realizar planes alimenticios y supervisarlos. Todo esto conforme a las necesidades personales que puedan tener sus pacientes.
El nutriólogo, en tanto, es un profesional que debe estudiar siete años de medicina para luego especializarse en esta área, cosa que demora cerca de dos años. De la misma manera, se enfoca más en el diagnóstico y tratamiento de ciertas patologías que puedan derivar en problemas de sobrepeso o bajo peso.
Por lo mismo, está autorizado a recetar fármacos con el fin de mantener a raya la condición y hacer que los planes de alimentación elaborados por el nutricionista puedan tener un buen efecto en el paciente.
Así es que si deseas comenzar un plan para mantenerte en un peso adecuado, empieza por ir a un nutricionista, ya que te pedirá todos los exámenes y si ve algún problema no dudará en derivarte al nutriólogo.
Para encontrar a un nutriólogo no requieres mucho esfuerzo, pues en la mayoría de las clínicas (Avansalud, Clínica UC, entre otras) cuentan con especialistas que pueden ayudarte cuando lo estimes conveniente. De la misma manera, hay algunos que atienden en consulta particular.
Buena suerte y ¡vamos a cuidarnos en invierno!, pues las malas lenguas afirman que los antojos de dulces, calzones rotos y sopaipillas pasadas nos pueden dejar con un superávit de - al menos - tres kilos. ¡Valor!
Imagen CC Carmen Gloria