Todas alguna vez hemos escuchado la frase “amor de lejos, amor de pendejos” o “en relaciones a distancia, viven felices los tres”. Pero ¿qué tan cierto será esto? En cuanto a experiencia personal se trata, la gran mayoría de mis relaciones han sido a distancia. Relaciones largas que han durado años y que al juntarnos, terminan. Pero no todo es tan malo. Ahora con WhatsApp, Line, Facebook, Twitter, Skype y uff… tantas redes sociales, la distancia no es una excusa para no hablar o compartir con tu alma gemela.
Imagínense lo difícil que era para nuestros abuelos o hasta para nuestros viejos una relación a distancia. ¿Cartas, palomas mensajeras? Mucho más complicado.
Volviendo a las partes buenas, aunque es cierto que no puedes ver a tu pololo todos los días ni menos ir a llorarle al hombro cuando te dan esos ataques de depresión, lo rescatable e interesante es que cuando logran juntarse te regalonean como a nadie. Y no hablo sólo de los cariñitos en el pelo o los desayunos en la cama. Hablo de paseos más largos, aprovechan mejor el tiempo que tienen juntos porque saben que es poco. Si eres adicta a los chocolates, te llenan de ellos. Salen a comer más seguido, obtienes más y mejores regalos para las fechas importantes. Y lo mejor, es que disfrutas cada momento al máximo.
En mi experiencia, llevo tres años en una relación de éstas. ¿Mala? Para nada. He sido muy polola en mi vida y este es lejos el mejor pololeo. Aunque nos separa un día y tres horas de distancia (me dan miedo los aviones), viajar en un bus por 1.803 km para llegar al terminal es una experiencia única. Bueno, sin contar que trasero ya no tengo nada. Pero este fin de semana largo, me devolví a Santiago con 3 kilos de huevitos de chocolate, dos cenas, muchos regalos y en resumen, una mochila el doble de llena y varias bolsas. (En otros viajes, he tenido que comprarme otra maleta).
Quizás se preguntan cuál es la clave para pololear así. Primero que todo MUCHÍSIMA confianza el uno en el otro, porque ya sabemos que en relaciones a distancia o uno al lado del otro, creer en el que tienes al lado es primordial. Después, mucha paciencia. Minutos ilimitados de celular, muchos kilómetros en empresas de viaje y ¡mucho amor!
Imagen CC Tom Bream