El haber nacido en Punta Arenas me ha dado el placer de saber lo que es vivir maravillosas vacaciones de invierno jugando a la guerra de nieve, "intentando" hacer iglúes, muñecos o simplemente deslizándose cuesta abajo con los amigos.
La sensación que uno tiene cuando está nevando es de una alegría inmensa, un gozo que sólo se siente cuando se es niño y algo nuevo te maravilla. Eso es lo que me pasa a mí: me vuelvo a sentir como una pequeña viendo cómo los silenciosos copos de nieve cubren de blanco el patio de mi casa y toda la ciudad.
En cuanto te preparas con botas, guantes, parka y gorro estás lista para salir y tirarte en trineo, hacer angelitos o buscar el terreno más baldío para sacar la nieve limpia y mezclarla con leche condensada ¡Exquisito!
Sé que no todos han podido experimentar esta maravilla, pero espero que algún día la vivan y sepan lo hermoso que es ver su ciudad como una novia.
Imagen CC Carlos Y.