Siempre ha sido motivo de chiste sobre quién manda en la casa: ¿son los hombres o la mujeres? ... O, dicho más popularmente, ¿manda calzón o calzoncillo?
Lo cierto, es que hay muchos factores que influyen en quién dirige el hogar. Pueden ser económicos, de carácter o simplemente por mutuo acuerdo.
En mi casa, la que manda soy yo. Creo que es por tener la habilidad de organizar todo y por tener "el don" aprendido desde mi infancia.
Soy yo la que sabe qué es lo que falta, cuándo es necesario ir al supermercado o si hay que reparar algo. Mi pareja, se deja llevar por lo que yo digo, no sé si por gusto, confianza o simple comodidad.
Eso sí, sea como sea, mandar en la casa tiene sus ventajas. Se come lo que a mí me gusta, el departamento está decorado como yo quiero y lo mejor, es que a mi casa entra quien yo quiero.
Ahí no existen las molestas (al menos para las mujeres) juntas de fútbol o Play Station, ni "El Club de Toby" sólo porque sí. Obviamente hay excepciones, pero como yo mando, son cuando yo quiero.
También tiene sus contras, porque absolutamente toda la responsabilidad está sobre mis hombros. Por ejemplo, si se me olvida pagar una cuenta o comprar algo en el super, toda la culpa es mía. Y como si eso fuera poco, además de mi trabajo y estudios, debo de preocuparme de llevar las riendas de un hogar.
Es así como mandar una casa tiene sus pro y contras: sólo hay que buscar el equilibrio para que ambos cooperen en el hogar.
Imagen CC Pedrosimoes7