Cuando encontramos al compañero preciso para compartir nuestras vivencias cotidianas, los triunfos, las derrotas y el futuro que soñamos, lo que menos queremos es que ésto se termine. No obstante, vemos a diario como decenas de parejas que parecían perfectas, de la noche a la mañana terminan distanciadas. Y, como es obvio, esto nos llena de pavor, ya que bajo ningún concepto esperamos que a nosotras nos pase lo mismo.
El tema es tan delicado para los involucrados que sería un descriterio poner el dedo en la llaga. Por eso, tratamos de indagar con cautela en cuáles fueron las razones para tan abrupto e inesperado final. Pero nunca sabremos a ciencia cierta lo que ocurrió al interior de esa relación que parecía perfecta. Divagamos, suponemos infidelidades y buscamos explicación a lo inexplicable. En el fondo, lo que queremos saber es qué pasó para no repetir esos errores en nuestro caso. Bueno, para que ya no desesperes investigando las causas del fracaso de aquella pareja soñada, te contamos cuáles son los factores más comunes que llevan a una ruptura. La idea no es psicosearte, sino actuar bajo la siguiente premisa: “conociendo a tu enemigo, sabrás cómo atacarlo”. Entonces, ¡toma nota!
1. Infidelidad. Tal como intuías, esta suele ser la causa más común para los quiebres sentimentales, ya que una vez que se pierde la confianza en la pareja es sumamente difícil recuperarla. Hay quienes se han esmerado en dicho propósito, pero tarde o temprano pasan factura de la infidelidad “perdonada”, cuando el temor de que se repita ya no les deja vivir en paz.
2. Incompatibilidad sexual. Aún cuando el sexo es sólo un complemento para el amor, es de tremenda importancia para el éxito de la relación. Por eso, si uno de los miembros de la pareja se siente rechazado o “no deseado” por su compañero, la autoestima disminuye, la desconfianza se presenta y tarde o temprano, el sentimiento se marchita.
3. Mala relación con los cercanos. La familia y los amigos son afectos primordiales para cada individuo. Por eso, que la pareja no los respete o los rechace abiertamente es un mal síntoma. Se da mucho el que consideremos a los compinches de nuestro pololo como un grupo de “pasteles” que no hacen más que llevarlo por un camino torcido. No obstante, ármate de paciencia ante ellos, para salud de la relación. Recuerdo que para él son importantes y procura valorar eso.
4. Amor a tiempo parcial. Es característico de los romances a distancia, que si bien tienen sus ventajas (como que los reencuentros sean más fogosos y la relación no sucumba tempranamente a los embates de la convivencia) tarde o temprano pasan factura. Después de todo, en distintos momentos de nuestra vida requerimos contar con el cariño y el apoyo de nuestro compañero. Y si él está lejos, no tardaremos en sentirnos solas aún estando en pareja.
5. Pocas muestras de cariño. Los hombres son reacios a demostrar afecto a través de arrumacos, besitos y apapachos en público. Sin embargo, nosotras somos por esencia cariñosas: nos encanta abrazarlos y expresar lo que sentimos. El hecho de que ellos se muestren reticentes a nuestras muestras de amor causa profunda mella en nosotras: nos sentimos despreciadas, lo que no es sano en ninguna relación. Conversa con él sobre lo que pasa y pídele que sea más afectuoso. O, cuando menos, lleguen a un consenso.
6. Solteros empedernidos. Hay hombres que, si bien están enamorados y muy felices con su mujer, sienten terror ante el compromiso. Temen no estar preparados, se asustan ante los cambios y prefieren obviarlos, siendo esta la causa de quiebre de muchas relaciones en apariencia idílicas. Esto, porque el pánico masculino coincide con una edad en que las mujeres anhelamos seriedad y estabilidad en nuestros afectos; claridad y no medias tintas.
7. Falta de amor. Esta causa es lapidaria e implica que no hay más que hacer que afrontar la situación con dignidad, rescatando los bellos momentos vividos y dejar ir. Dar libertad a tu compañero también es parte del amor. Seguramente, le costó mucho comunicarte su decisión de romper y llegar a esta conclusión le causó dolor y varios desvelos. Asúmelo, reconstrúyete, valora la sinceridad y sigue tu camino. La felicidad te encontrará nuevamente, cuando menos lo esperes.
Si sientes que te calza una o más de estas causas de quiebre, estás a tiempo de tantear terreno y jugarte por salvar lo que has construido. Conversa con tu pareja y busquen soluciones. Todas las causas (excepto la número 7) son salvables si se detectan de manera prematura. Así es que ¡ánimo y échale ganas!
Imagen CC vishwaant