Creo que esta experiencia calificaría para muchas personas como #GranCosaSuicídate, pero yo prefiero tomármelo con humor y bajarle el perfil. Siendo Santiago una ciudad tan grande, ¿cómo es que llegas a ser vecina de la ex de tu pareja? Cosas freak a las que te enfrenta la vida, porque no soy de quienes culpan al karma o al destino por todo lo que les pasa. En fin, así como lo dije: Soy vecina de la ex de mi pareja, con la que duró ene tiempo en época escolar (o sea, la cosa igual es añeja, porque data de 10 años atrás).
Ella siguió con su vida, tiene familia armada y según gente en común, está feliz. Y bueno, aunque la mina siempre fue un plomo conmigo y el mundo en general, jamás le desearía ningún mal. Menos si ella está feliz con el camino que eligió y yo con el mío. Lo único que me desagrada es toparme con ellos en lugares públicos y cotidianos como el supermercado, el parque, el metro, el contenedor de basura que hay en la calle o cualquier parte donde una anda fea, relajada y con ganas de no ver a nadie. Además, me desconcierta el hecho de que nos miren mucho y la verdad, es fácil deducirlo: por allá se tejen historias que yo y mi pareja no somos capaces de imaginar; la llamada "versión B" de los hechos (y probablemente haya harta fantasía también).
Cada vez que nos encontramos con la familia de enfrente, tanto yo como mi amor nos miramos con cara de "WTF" y, finalmente, nos terminamos riendo. Obvio que está el riesgo de pasarse cien mil rollos al respecto e incluso pelear, pero han pasado casi 10 años y no me interesa el pasado, porque el presente es muy feliz como para arruinarlo con pendejerías tóxicas. Así que eso, al llegar del super un viernes tipo 8 PM, preferimos terminar bien la semana, reirnos de eso y de todo, preparando una once rica o unos mojitos, nuestros favoritos.
Imagen CC [Michele Markel Connors]