Cuando estamos en una relación que nos importa, obviamente damos lo mejor de nosotros para que todo funcione. Nos preocupa el bienestar de nuestra pareja y que sea feliz a cada momento, para lo cual a veces estamos dispuestos a transar incluso los propios deseos.
Por eso resulta tan antipático si la persona que nos acompaña, lejos de valorar lo mucho que entregamos, cae en un espiral de inseguridad y duda. Nos pasa mucho a nosotras, que somos bien críticas y desconfiadas por esencia. Para calmar nuestras aprensiones, comenzamos a formular preguntas que resultan verdaderamente incómodas para quien nos quiere bien.
Pero, ¿cuáles son esas odiosas preguntas que pueden lastimar la relación? Toma nota y ¡no las hagas!
1. “¿Aún quieres a tu ex?” Mega fail. Primero, le recordamos algo que quizás quiere olvidar. Segundo, desestimamos el amor que nos entrega. ¿Qué objeto tendría estar en pareja teniendo el corazón puesto en alguien más? Si tienes dudas respecto al tema, mejor indaga con inteligencia y no a través de esta desagradable y poco sutil pregunta. Pensemos nada más en qué responderíamos nosotras a algo así. Probablemente, nos daría mucha pena y lata.
2. “¿Me estás siendo infiel?” Ok, si hay parejas en que esto se da. Pero no son pocos quienes sí respetan a la persona que los acompaña y lo que han construido en conjunto. Si la aman, ¿para qué buscar fuera lo que tienen en casa? Y la desconfianza injusta obviamente lastima. Sin embargo, - como no todos actúan con honor - si tienes razones fundadas para dudar, lo mejor es llegar al tema a través de ellas y no formulando esta pregunta. Además, ¿qué respuesta esperas? ¿un “sí”?
3. “¿Por qué ya no tienes tiempo para mí?” El trabajo y los estudios nos consumen muchas horas y hay fechas críticas (exámenes, balances, etcétera) que requieren de gran esfuerzo y concentración. Probablemente, tu novio hace todo lo que está a su alcance - dentro del escaso tiempo que tiene - para conversar durante algunos minutos. Y, que más encima añadas estrés y presión reclamando, es mala idea. Deja que pase la tormenta para plantearlo de otra forma.
4. “¿En qué momento cambiaste?” Bueno, todos cambiamos. Evolucionamos, crecemos, pasamos por diversos estados anímicos y etapas. Tú también. La idea es entendernos, ir creciendo justos y seguir descubriendo cada día a la persona de la cual te enamoraste, en sus distintas facetas. Preguntar eso es odioso y está de más.
5. “¿Crees que es necesario darnos un tiempo?” ¿Quieres terminar con él? Pues díselo abiertamente y no a través de este tonto subterfugio. ¿Tiempo para qué? ¿Para descansar de él? Ve cómo se lee eso, ¡estar con la persona que amas te agota! Es súper injusto pretender que espere a que despejes tus dudas existenciales, con toda la incertidumbre que eso implica. Tiempo sólo da el reloj.
Con lo anteriormente expuesto, no queremos desestimar que a veces existan dudas y aprensiones legítimas, que obviamente sí deben conversar. Pero para eso, emplea todo tu tino, psicología e inteligencia. Recuerda que se consigue mucho más en modo conciliador que con reclamos y preguntas que caerán como patada en el hígado.
Y a ti, ¿te han hecho alguna de estas preguntas? ¿Cómo las has tomado?
Imagen CC Pkabz