Cuando nos enfrentamos a momentos difíciles o situaciones estresantes, solemos oír que todo cambiará si le ponemos más ganas al asunto o si tenemos “una mejor actitud” frente a las adversidades. Y aunque suene cliché o sacado del baúl de la abuela, son frases que guardan con ellas un enorme poder.
Por mucho que creamos en el destino o pensemos que las cosas no dependen de nosotros, la actitud que pongamos frente a ellas lo es todo, porque define la forma en la que podemos llevar los procesos adelante e, incluso, influye en el resultado final. ¿A qué me refiero con esto? Que ser positivos o tomar cada desafío de manera proactiva y con una sonrisa en la cara ayuda enormemente a que las cosas funcionen mejor, cualquiera que sea el resultado final.
El fin de semana escuchaba a un comentarista deportivo que decía “perder no es una elección, es una posibilidad”. Y ahí está el punto. A lo mejor el resultado final de lo que emprendemos no es el que esperamos, pero si enfrentamos el proceso de manera positiva, ese trayecto de la vida lo habremos disfrutado igual: gozamos el proceso y sus réditos - si tiene buen resultado -, pero si no, aprendemos de ello y continuamos.
Pero todo este entrame emocional se me vino a la mente después de ver un artículo donde cuentan cómo una fotógrafa norteamericana llamada Gracie Hagen, le dio la pelea a los cánones pre establecidos de belleza y en su libro “Illusions of the body” demostró que ser o sentirnos lindos también es cuestión de actitud.
Hagen reunió a varias personas y le hizo dos tomas a cada uno con las mismas condiciones escénicas y de luz. En la primera toma les pidió a los modelos que le pusieran toda la onda posible a la foto, y en la segunda solicitó que cambiaran su posición corporal. Ese simple gesto lo hizo todo. En serio, vean el resultado acá.
Y así de sencillo es. Todo el potencial que tenemos puede salir a la luz si nosotros lo permitimos. Tener una actitud positiva ante la vida no significa andar con la sonrisa boba todo el día pensando que las cosas son color de rosa y nada malo ocurrirá. Simplemente voy al punto de enfrentar los desafíos con buena energía y excelente onda, tratando de poner lo mejor de sí, sintiéndote segura de que estás haciendo las cosas con tu mejor y mayor esfuerzo, cuidando de ti, mimándote un poco, generando cosas positivas.
No salgas a la calle sin antes arreglarte un poco, peinándote como te gusta, poniéndote tu ropa favorita o la que te haga sentir más cómoda. Si ponerte máscara en las pestañas profundiza tu mirada, ¡hazlo! Son detalles que te entregarán una confianza distinta y te permitirán sentirte bien contigo misma y enfrentar la vida desde otro lugar.
Sí, chiquillas. Todo es cuestión de actitud. De una buena actitud con nosotras mismas y con los demás.
Imagen CC vía ODiN.