Me pueden tratar de loca si quieren, pero hay sólo una cosa en el mundo que me pone los pelos de punta. Puedo parecer ridícula e incluso así me siento al comentarlo, pero odio con todo mi ser a las hormigas. Estoy hablando de la Mirmecofobia o miedo inexplicable a este tipo de insectos. Me descompongo totalmente cuando veo una cerca de mí y podrán imaginarse lo que sucede cuando aparece un grupo de éstas.
Todo comenzó cuando era pequeña (tendría unos 4 ó 5 años) y venía de vuelta a mi casa después de jugar con los vecinos. Empecé a tocar el timbre para que mi mamá me abriera -estuve varios minutos en eso- cuando decidí esperar apoyada en la reja ¡que se encontraba plagada de hormigas! Segundos después parecía un dulce que aquellas desgraciadas querían devorar. Cerré mis ojos y grité, grité, grité… pasaron unos minutos y seguía gritando. Hasta el día de hoy no he podido borrar esa imagen de mi cabeza.
En lo personal me inquieta que sean tan ínfimas y puedan estar en cualquier parte ¡Actúan como una verdadera mafia! No sé cuál será tu relación con ellas, pero para mí siempre serán mis eternas enemigas. Pasa el tiempo y aún me sigo preguntando: ¿qué las hará tan aterradoras?
Imagen CC Hans